LOS ÁNGELES. El programa piloto de deportados a México debe ser extendido y apoyado más por Estados Unidos, recomendó hoy el diario Los Angeles Times.

 

“El programa piloto de dos meses parece ser una mejora inteligente y responsable sobre la política de deportación actual, que podría salvar vidas y reforzar la seguridad fronteriza”, anotó el diario.

 

En uno de sus editoriales del día, el rotativo en inglés con un tiraje de más de 600 mil ejemplares señaló que si ese programa piloto resulta eficaz, debe ser extendido rápidamente.

 

Con el título de “No hay que poner en peligro a los deportados” consideró como positivo el programa piloto que envía mexicanos indocumentados a la ciudad de México en lugar de las zonas fronterizas peligrosas.

 

Bajo la iniciativa temporal, Estados Unidos pagará cerca de un millón cien mil dólares para enviar deportados de El Paso, Texas, a la Ciudad de México.

 

México entonces asumirá el costo del autobús para regresarlos a sus lugares de origen en el interior del país y proporcionarles comida durante el viaje.

 

Algunos críticos argumentan que la seguridad de los deportados mexicanos es el problema de México y que Estados Unidos no debe incurrir en ningún costo por su parte, apuntó.

 

“Eso es una visión miope. La repatriación de los migrantes más cerca de sus casas y lejos de la frontera no sólo los protegería, también los desalentaría para tratar de volver a cruzar ilegalmente a Estados Unidos”, indicó el rotativo.

 

El botar a los migrantes en ciudades fronterizas en donde no tienen raíces y pocas perspectivas de supervivencia tienen un precio para ambos países, advirtió.

 

El año pasado, más de una cuarta parte de todos los mexicanos deportados del país del norte – o un poco más de 124 mil personas – fueron deportados al estado de Tamaulipas, que se encuentra al otro lado de la frontera de Texas.

 

Ese estado se ha convertido en un campo de batalla para el cártel del Golfo y los Zetas.

 

“Las condiciones allí son graves, en Reynosa, grupos de la iglesia erigieron un muro de nueve metros de altura, con alambre de púas alrededor de un refugio en un esfuerzo por mantener a salvo a los deportados”, cito.

 

“Estados Unidos tiene la responsabilidad de proteger su frontera y deportar a aquellos que violan sus leyes. Pero también tiene el deber de garantizar que las personas que son repatriadas no se pongan en peligro”, señaló.

 

El nuevo programa parece ofrecer una manera efectiva de hacer cumplir las leyes de inmigración de este país, finalizó.