En octubre del año 2000, Vicente Fox, presidente electo de México, hizo una gira en Europa, entre sus objetivos estaba hacer contacto con los mandatarios de Alemania, España, Francia e Inglaterra y promover la inversión extranjera en México. Durante el recorrido se pronunció a favor de una reforma fiscal y otra energética.

 

Doce años después, el priista Enrique Peña Nieto visitó Europa en su segunda gira como mandatario electo. Los temas fueron la promoción de la inversión extranjera en México, la necesidad de poner en práctica una reforma fiscal y una energética, además de la importancia de establecer una buena relación entre el presidente de nuestro país y sus colegas.

 

Durante el reciente viaje de Peña Nieto hubo referencias constantes a su deseo de reducir la violencia y proponer reformas que potencien el crecimiento económico, pero el mandatario enfatizó la importancia de que haya buena relación entre gobernantes como un primer paso para tener vínculos más sólidos entre naciones.

 

“Reitero que la buena relación de dos países pasa por la buena relación y el buen clima de entendimiento que se tenga entre los jefes de Estado de esos países”, afirmó tras reunirse con el primer ministro de Gran Bretaña, David Cameron, a quien le prometió duplicar el comercio entre México y ese país.

 

Durante su encuentro con el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, dijo que el propósito de la gira era “lograr una mayor identificación personal y un mayor entendimiento, que contribuya justamente a que ambas naciones puedan tener una mayor relación. El buen entendimiento, el buen clima de colaboración que podamos lograr ambos presidentes favorecerá justamente este objetivo”.

 

En Alemania, donde pidió a la canciller, Ángela Merkel, asesoría en energías renovables, y en Francia, donde acordó con el presidente Francois Hollande dejar atrás el caso Florence Cassez, también habló de la importancia de que haya buena comunicación entre mandatarios.

 

El itinerario del mexiquense es muy similar al que recorrió, 12 años antes, Vicente Fox, primer candidato de un partido de oposición que se había ganado las elecciones. Del 30 de septiembre al 6 de octubre de 2000 promovió México ante inversionistas extranjeros en España, Francia, Alemania e Inglaterra.

 

En París, Fox, además de entrevistarse con el entonces presidente Jacques Chiriac, estuvo con Donald Johnston, director general de OCDE; en ambas reuniones pidió confianza a los inversionistas y garantizó seguridad plena a sus inversiones en México.

 

En aquel país el panista indicó que lo importante para salir adelante como nación era llevar a cabo una reforma fiscal que estaría lista en diciembre de 2000; esta fue presentada en 2001 y 2002 pero fue rechazada por el Congreso de la Unión.

 

En Madrid, el de Guanajuato anunció que buscaría abrir definitivamente a la inversión extranjera la inversión en electricidad y ante empresarios prometió multiplicar las exportaciones de España a México a través un tratado de libre comercio, tratado que ya existía desde julio de ese mismo año.

 

En Berlín, Fox tuvo un encuentro con el canciller Gerard Schroeder y posteriormente con la iniciativa privada alemana, que le pidió atacar la corrupción de nuestro país.

 

En Gran Bretaña prometió que no decepcionaría a quienes votaron por él y aprovechó para anunciar el diálogo con el EZLN, que nunca rindió frutos.

 

Doce años separan a las giras de presidentes que recibirán la banda presidencial de un militante de otro partido, sin embargo, los temas parecen no cambiar.