GUATEMALA. Un grupo de madres centroamericanas inicia mañana en Guatemala una caravana para buscar a sus hijos inmigrantes que han desaparecido en México, durante su trayecto hacia los Estados Unidos, a donde han viajado en busca del sueño americano.

 

La caravana está integrada por 10 mujeres de Guatemala, 19 de Nicaragua, 3 de El Salvador y 28 de Honduras, que a partir de hoy realizarán un recorrido de 4 mil 600 kilómetros por la denominada “ruta del migrante” en el sureste y centro de México.

 

“Inician hoy en Guatemala, en unos 24 días recorrerán 14 estados del sureste y centro de México, así como 23 ubicaciones específicas de ese país que identifican la ruta del inmigrante”, dijo una portavoz de la Mesa Nacional Para las Migraciones en Guatemala (Menamig).

 

Las mujeres, cuyos hijos desaparecieron desde hace varios meses durante su travesía hacia Estados Unidos, y por cuyo paradero no responden las autoridades de los países de la región, se reunieron este sábado en la capital guatemalteca.

 

Frente a la catedral metropolitana de Ciudad de Guatemala realizaron diversas actividades religiosas y ofrecieron una conferencia de prensa en la que denunciaron la indiferencia de las autoridades sobre la suerte que han corrido sus hijos.

 

“Se han encontrado decenas de cadáveres de supuestos inmigrantes en las zonas del sureste de México, pero no hemos obtenido respaldo de las autoridades para identificarlos”, dijo una de las madres hondureñas.

 

Según la Menamig, en cada una de las 23 localidades por donde pasará la caravana “participarán diversos activistas mexicanos solidarios; albergues de inmigrantes, colectivos, organizaciones no gubernamentales, universidades” y se contará con el acompañamiento constante de Amnistía Internacional y de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

 

Según la Organización Mundial de las Migraciones, cada día un promedio de 50 centroamericanos se convierten en migrantes al emprender el viaje hacia los Estados Unidos, a donde marchan con la ilusión de un futuro mejor.

 

Sin embargo, en el camino, principalmente en las zonas fronterizas de Guatemala y México, son víctimas de todo tipo de bandas criminales que les asesinan, secuestran, roban y extorsionan, además de los abusos de que sufren por parte de las autoridades migratorias.