En Bolivia, mascar hoja de coca es una tradición milenaria, pero se ha convertido en una controversia para la comunidad internacional por ser una práctica ilegal y violatoria de los tratados internacionales de la Organización de la Naciones Unidas (ONU).

 

A la par, la empresa irlandesa Babco afincó un negocio de altura en los valles bolivianos, donde siembra y cosecha la hoja usada para fabricar la bebida conocida como Agwa, calificada como extravagante y única, por ser hecha por los cinco mejores catadores del mundo.

 

Desde hace unos años, el gobierno boliviano presume que la milicia vigila los camiones que transportan cientos de toneladas de hoja de coca a los puertos del Océano Atlántico, desde donde zarpan a Holanda, en donde con la confianza de las autoridades, la destilan.

 

De esa nación europea salen miles de botellas del licor de hoja de coca, que son degustadas por los paladares de medio mundo y también de los mexicanos.

 

 

 

“Cada año se venden cuatro mil botellas de la bebida espirituosa vista con mucha incredulidad y recelo en México, porque es una nación en donde se libra todos los días una lucha en contra el narcotráfico”, asegura Gabriel Huerta Guerrero, director de Ventas de Agwa de Bolivia en la república mexicana.

 

“Introducir el licor de hoja de coca al mercado mexicano y japonés fue muy complicado y difícil. En México se debió especialmente a los hechos de violencia que azotan a varias regiones”, revela a 24 HORAS, al cuestionarle si la bebida manufacturada en tierras holandesas es una apología al narcotráfico.

 

Sana y legal

 

La hoja de coca no es más que un estimulante natural que se masca o se bebe en infusión, ya que ayuda a sobrellevar el mal de altura de los países de Sudamérica. En Estados Unidos, Agwa ha sido premiada con medallas de oro por su sabor, color y textura, creada a través de los años por los mejores catadores del mundo.

 

“Los organismos han dado los permisos y lo han aceptado, siempre y cuando sea manejado bajo una estandarización otorgada en Ámsterdam, donde está permitido el consumo de sustancias psicotrópicas. Allá se tiene la fábrica donde se le quita el alcaloide a la hoja de coca y donde se envasa para ser enviada a mercados como: la Unión Europea, Australia, Estados Unidos, Brasil, Colombia o Canadá, entre otros países más”, explica Huerta.

 

El gobierno mexicano puso un sinfín de trabas para la comercialización de la bebida de hoja de coca por todos los tabúes abiertos y la criminalización. Sin embargo, “vieron que no hay problema de nada y que está blindada para que no sea usada por los narcos para traficar algún enervante”, recuerda el ejecutivo al otro lado de la línea telefónica.

 

Según el representante de Babco, el alcohol ofrecido por la compañía no es peligroso, y lo compara con bebidas como el coñac o la absenta que sí pueden provocar daños a la salud, en cambio con el Agwa se garantiza cero problemas a la salud.

 

“El licor (de coca) es mucho más antiguo que la misma Coca Cola. El primer licor de hoja de coca se produjo en Italia, pero no pudieron quitarle el alcaloide como era exigido por las autoridades y por lo tanto no pudo ser comercializado. Agua de Bolivia continuó con el proceso de destilación para reducir el contenido de la sustancia psicotrópica y logró un producto con sólo 0.5 mililitros por una botella de litro”.

 

Agwa contiene 36 hierbas, entre las cuales destacan la hoja de coca, ginseng, guaraná, té chino y otros productos más que no pueden ser revelados por un acuerdo empresarial. En México, cuenta con el permiso de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y está registrado ante las autoridades del sector salud para su comercialización.

 

“Nuestras botellas vienen bien cerradas desde Holanda hasta la Ciudad de México, tratamos de llevar un perfil bajo y nuestra campaña se da de boca en boca para que nuestro producto no sea utilizado por los criminales o intenten ponerle narcóticos prohibidos en tierras mexicanas asegura el ejecutivo.

 

Agwa llegó a la república mexicana, sin hacer mucho ruido, hace casi tres años a bares, cantinas y restaurantes. Sus consumidores son personas mayores de 30 años con alto poder adquisitivo, ya que es una bebida cara. Actualmente se busca comercializarla a través de una de las cadenas de vinos y licores más grandes del país con lo que pretenden aumentar hasta un 400% sus ventas.

 

A la irlandesa Besco no le ha sido fácil romper con los tabúes y siempre se adelantan a los posibles riesgos como el robo, el contrabando o el uso de la planta con fines del narcotráfico.

 

“Un despliegue militar muy fuerte acompaña a todo momento a los contenedores de hoja de coca, desde las comunidades bolivianas hasta ser embarcadas con destino final en Europa”.

 

A México el licor de coca viaja por barco de Holanda a Miami, luego a Nueva York y de ahí a tierras mexicanas, donde se distribuye en centros de diversión de Guadalajara, Monterrey, Cancún, Veracruz, así como en Aguascalientes en donde se mantiene en la carta del café-bar Casa Corazón.

 

 

 

“Los militares le decomisaron botellas del té de coca a un distribuidor de Veracruz, es un estado muy difícil por los problemas provocados por el crimen. Esa persona tuvo que pedirme el certificado de importación, que garantiza la venta de este producto de manera legal”.

 

Algo a destacar de Agwa es que a su llegada a este país se anunciaba en los antros de gran renombre de la Ciudad de México. Sin embargo, al pedir y preguntar por ella en Bar Pata Negra, Zideco Condesa, Geisha Lounge, Xinco Condesa y Regios Zona Rosa, meseros y barman constaron que la dejaron de vender desde hace más de un año. Aun así, la página oficial de Agwa México establece que en esos lugares la comercializan y venden.

 

Será que la bebida ya sufre sus primeras prohibiciones en la capital del país o simplemente la alta demanda la agota su inventario.

 

Mil kilos

 

En 1961, la ONU prohibió el cultivo y consumo de la hoja de coca, a pesar de que su contenido del alcaloide es de 0.8% y para elaborar un kilo de cocaína se necesitan entre 600 y mil kilos de hojas, según el gobierno de Colombia, una de las naciones donde se más se cultiva esa planta.

 

Al inicio de 2012, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), órgano de Naciones Unidas encargado de supervisar la aplicación de los tratados sobre drogas a escala mundial, recriminó la terquedad de Evo Morales, presidente de Bolivia, por defender los usos tradicionales de la hoja de coca, particularmente el mascado y otros procesos de industrialización.

 

Con 31 mil hectáreas sembradas, Bolivia es el tercer productor de hoja de coca del mundo, después de Colombia y Perú, de las cuales 12 mil son legales y están destinadas a usos tradicionales.

 

Según la ONU, en 2010, el precio de la hoja de coca aumentó 22% en los mercados autorizados y 37% en los mercados ilícitos de Bolivia.