Autoridades de Filipinas investigan el posible involucramiento de un sacerdote de la Iglesia católica en el contrabando de marfil de elefante, que se utiliza para la fabricación de piezas religiosas, incluida la del Santo Niño o Niño Jesús, la imagen más venerada por los católicos filipinos.

 

Según publica el diario The New York Times, la indagatoria por parte de la Oficina Nacional de Investigación de Filipinas y la agencia de protección de vida silvestre de ese país se inició a raíz de un artículo publicado en la edición de octubre de la revista National Geographic que cita a Monseñor Cristóbal García.

 

En la publicación, el funcionario de la Iglesia que radica en el centro de la isla filipina de Cebú y un conocido coleccionista de Santos Niños de marfil, admite que la procedencia del marfil es ilegal e incluso aporta consejos para ocultar las figuras en los controles de las aduanas.

 

“Envuélvelo en ropa interior vieja y maloliente y échale salsa de tomate por encima para que parezca manchada de sangre. Así es como se hace”, explicó García, quien según un cable de la agencia EFE se trasladó a las Filipinas después de ser acusado de abusar sexualmente de un monaguillo en Los Ángeles en 1986.

 

Después de que la Oficina Nacional de Investigación de Filipinas y la Agencia Nacional de Protección de Vida Silvestre de ese país anunciaran el inicio de la indagatoria, el arzobispo José S. Palma, quien supervisa el trabajo de Monseñor García, dijo en una conferencia de prensa que la Iglesia también investigaría las alegaciones, pero expresó su escepticismo acerca de las acusaciones.

 

El funcionario declaró que la Iglesia católica apoyó la prohibición mundial de comercio de marfil, pero señaló que algunos de las piezas son anteriores a la prohibición de 1990 y se considera parte del patrimonio cultural de las iglesias locales.

“El relato de la revista National Geographic debe ser evaluada en cuanto a su veracidad, teniendo en cuenta que el artículo huele a sesgo en contra de las prácticas religiosas”, dijo el arzobispo en una declaración anterior.

 

MARFIL PROHIBIDO

 

Filipinas es signatario de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, un tratado que regula el comercio internacional de plantas y animales. El comercio de marfil está prohibido en virtud del tratado desde 1990.

 

Una parte del marfil ilegal obtenido por los cazadores furtivos de elefantes en África termina convertido en figuras religiosas en la católica Filipinas, según la investigación de National Geographic.

 

El marfil ilegal es introducido en el archipiélago a través de las redes de traficantes musulmanes en el sur del país con contactos con los proveedores en países como Zimbawue o Namibia, según el artículo que aparecerá en la edición de octubre de la revista.

 

Aunque la mayor parte se exporta a China una vez que llega a Manila, una parte del marfil ilegal se queda en Filipinas donde es esculpido en piezas religiosas, incluida la del Santo Niño o Niño Jesús, la imagen más venerada por los católicos filipinos.

 

La devoción por el Santo Niño procede de la creencia de que es una réplica de la imagen que originariamente llevó Fernando Magallanes en la primera expedición española que llegó a Filipinas, en Cebú, en 1521.

 

Las autoridades filipinas han realizado importantes decomisos de marfil ilegal, como las 5.4 toneladas incautadas en 2009 y las 7.7 toneladas apresadas en 2005. CON INFORMACIÓN DE EFE

 

DATOS

Principales mercados

China, Tailandia y Vietnam

Procedencia

Colmillos de elefantes y cuernos de rinocerontes de países africanos como Nigeria, la República Democrática del Congo o Sudáfrica

80% de la población de elefantes se ha perdido en algunos lugares de África