A manera de despedida a su comandante supremo, la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) escoltó ayer durante media hora, con dos aviones caza F-5, el avión TP01 Presidente Juárez, en el que el presidente Felipe Calderón realizó su última visita internacional oficial del sexenio: a Estados Unidos.

 

Este tipo de escoltas a vuelos presidenciales forman parte de esquemas de seguridad de diversos mandatarios en el mundo, como los presidentes de Estados Unidos, Francia o Rusia, por ejemplo. En estos casos utilizan aviones de combate artillados y listos para repeler cualquier amenaza aérea, como los F15, los Mirage y los Mig.

 

En el caso mexicano, los F-5 Tiger, que integran el Escuadrón 401 de la FAM, son aeronaves obsoletas, además de que representan un costo de mantenimiento que alcanza los 18 millones 615 mil pesos anuales.

 

Este tipo de aeronaves fueron compradas por México a Estados Unidos a finales de la década de 1970, después de utilizarlas en la guerra de Vietnam y cuando ya no formaban parte del Ejército de Estados Unidos en operaciones de combate.

 

En 1982 llegaron 12 cazas F-5, de los cuales dos se accidentaron: uno en 1983 en Chihuahua y el otro durante la parada militar de 1995, con motivo de las fiestas de la Independencia.

 

Actualmente, de acuerdo con datos de la Secretaría de la Defensa Nacional, sólo están operativos siete de estos aviones de combate, cuya función quedó relegada a desfiles y exhibiciones y no en operativos de intercepción aérea.

 

Expertos consideran los aviones F-5 como obsoletos, pues el costo de su mantenimiento resulta muy elevado para los resultados que entregan a la FAM.

 

Ayer, al ser escoltado el avión presidencial por dos Tiger mexicanos, Calderón Hinojosa recordó que este tipo de aviones no volaban desde 1995.

 

Según registros de la Sedena, en la parada militar de 2001 una escuadrilla de aviones F-5 participó en el desfile.

 

Información oficial del Ejército revela que de 2000 a 2011 este escuadrón de combate registró un total de seis mil 636.05 horas de vuelo. En comparación con el año 2000, cuando se reportaron 334:30 horas de vuelo, el año pasado se triplicaron, con 915:00.