Ayer se cumplieron 22 días sin clases en la comunidad michoacana de Nueva Jerusalén. Maestros, autoridades y los padres de 120 niños mantienen su postura ante el conflicto surgido tras la destrucción de una escuela en esa localidad.

 

Aunque autoridades educativas de Michoacán habían anunciado que este martes se iniciaría el ciclo escolar 2012-2013 de manera normal, sólo un alumno se presentó a las aulas temporales instaladas dentro de una escuela en la comunidad vecina de La Injertada, según informó el vocero del gobierno del estado, Julio Hernández Granados.

 

En entrevista telefónica, el funcionario aseguró que el menor se integró a uno de los grupos de dicho plantel, por lo que a pesar de la ausencia de los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) no perdió su primer día de clases.

 

Al respecto, Jorge Cázares Torres, dirigente de la sección 18 de la CNTE, a la cual pertenecen los 12 profesores asignados a Nueva Jerusalén, desmintió la versión del vocero e incluso señaló que los docentes se presentaron desde el lunes en esa comunidad.

 

Hernández Granados comentó que “falta un acuerdo” entre los profesores, pobladores y gobierno, por lo que ayer en la tarde se reunirían para “buscar una solución momentánea y se inicien las clases cuanto antes”, sin embargo, el dirigente de la sección 18 aseveró que hasta las dos de la tarde del martes no los habían convocado a un encuentro.

 

El vocero expuso que los profesores y los pobladores reiteraron sus condiciones para mandar a los niños a clases, entre ellas garantizar la seguridad y que se reconstruya la escuela Vicente Guerrero, que fue destruida por seguidores del religioso Martín de Tour en junio pasado, ya que los docentes no quieren que “desaparezca la clave” del inmueble.

 

Por su parte, Cázares Torres coincidió en que los padres siguen reticentes en enviar a sus hijos a La Injertada y mantienen su demanda de que la escuela se instale en su comunidad al señalar que las aulas temporales no son aptas para dar cabida a los niños.

 

Explicó que están fabricadas de lámina galvanizada debido a que en esa zona conocida como “tierra caliente” en Michoacán, la temperatura al interior de las aulas puede alcanzar hasta40 grados centígrados.