PARÍS. Un misterioso crimen, definido por la policía como algo “que sobrepasa ampliamente la ficción televisiva” por tratarse de “un crimen salvaje”, encendió las alarmas de las policías británica y francesa.

 

Al pie de los Alpes franceses, en Chevaline, cerca del lago Annecy, en el interior de un coche BMW, un ciclista británico encontró tras cadáveres cuyas cabezas habían sido perforadas por balas. A unos metros del auto, el testigo británico encontró el cuerpo, sin vida, de un ciclista francés, que posiblemente tuvo la mala fortuna de haber visto al asesino. La escena dantesca fue “armonizada” por dos niñas que sobrevivieron al ataque.

 

Las víctimas se encontraban vacacionando en un camping en la Alta Saboya francesa, una espléndida zona boscosa del sureste del país galo. Muy cerca se encuentra la frontera suiza.

 

La mayor de las niñas, de siete años, fue hallada inconsciente en el interior del coche con una herida grave en la cabeza.

 

Según diversos medios, los disparos procedieron de un arma automática de gran calibre, del que se encontraron unos 15 casquillos.

 

La carrocería del vehículo no fue afectada, solo los cristales, indicó el fiscal.

 

Los primeros elementos de la investigación, divulgados por el periódico Le Monde, describieron a las víctimas como una pareja, sus dos hijas y la abuela.

 

De igual manera, en un primer momento, los investigadores encontraron sólo a cuatro miembros de la familia, pese a que algunos testigos que les habían visto en el camping aseguraban que eran cinco.

 

La niña más pequeña, de cuatro años, si bien se le halló ilesa, su vida no corre peligro. Fue encontraba sobre las faldas de quien fuera su madre y a lado del cadáver de su abuela. Los miembros de la policía y fuerzas de rescate, incluyendo el apoyo de un helicóptero, no se percataron de la presencia de la niña hasta ocho horas después.

 

Fue en una revisión posterior del vehículo cuando, cuando la hallaron escondida entre maletas y las piernas de las dos mujeres fallecidas en la parte trasera del vehículo.

 

El fiscal justificó que no fue encontrada antes por el hecho de que no se movió, se hizo la muerta y estaba entre maletas y las piernas de las dos mujeres asesinadas.

 

En el momento en que la policía cargó a la niña pequeña, despertó y comenzó ha hablar con los investigadores, en inglés, aunque enseguida comenzó a preguntar por su familia.

 

En cuanto a la otra niña, la mayor, su estado se ha estabilizado, se encuentra en coma y volverá a ser operada, aunque los doctores ya no temen por su vida.

 

El fiscal Enric Maillaud puntualizó que recibió numerosos golpes de gran violencia.