Naciones Unidas. México pidió hoy ante la ONU fortalecer el control sobre las transferencias internacionales de armas pequeñas en el mundo, pues éstas se han convertido en una amenaza para la paz, la estabilidad y el desarrollo sostenible.

 

“Las armas pequeñas y ligeras se han convertido en armas de destrucción de masas, de desestabilización de Estados y en caldo de cultivo para la propagación del crimen organizado”, declaró hoy la representante alterna de México ante la ONU, Yanerit Morgan.

 

Durante su participación en la segunda Conferencia de Revisión del Programa de Acción de la ONU sobre el Tráfico Ilícito de Armas Pequeñas y Ligeras (PoA), pidió por ello la implementación plena de este mecanismo internacional por parte de todos los Estados.

 

Explicó que la comunidad internacional está obligada a “fortalecer la implementación y el alcance del PoA”, que puede ser “un elemento fundamental en la lucha contra el terrorismo, el combate al crimen organizado” y para respetar el derecho internacional humanitario.

 

Indicó que en México se han asegurado y destruido de diciembre de 2006 a enero de 2012 un total de 138 mil 281 armas, además de que se han recolectado 55 mil 590 piezas de armamento en el marco de la Campaña “Canje de Despensas por Armas”.

 

“Para hacer frente a este problema, México promueve un enfoque integral, que incluye abordar el vínculo entre la demanda de las armas, la pobreza, y la inseguridad”, puntualizó Morgan.

 

Adoptado en 2001, el PoA ofrece recomendaciones de control a los países, y ha originado la creación de legislaciones y el establecimiento de comisiones nacionales para afrontar el flagelo.

 

Sin embargo, muchos Estados han sido incapaces de ejercer un control efectivo sobre las armas que cruzan sus fronteras, además de la escasa cooperación internacional para rastrear el tráfico ilícito de armas, de acuerdo con la ONU.

 

Morgan pidió también que las municiones se incluyan en el ámbito de acción del PoA, además de mejorar las regulaciones nacionales para la posesión civil de armamento y evaluar de forma “clara y objetiva” los mecanismos de marcaje de armas para facilitar su rastreo.

 

Hizo hincapié en la necesidad de aumentar la cooperación internacional para detener el tráfico ilícito mediante “el intercambio de información sobre rutas, modalidades y tendencias del tráfico ilícito de armas”.

 

Urgió al fortalecimiento del control de fronteras, establecer mecanismos regionales de prevención y de rastreo, así como mayor cooperación interinstitucional entre autoridades aduaneras, fronterizas, políticas, comerciales y judiciales.

 

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, expresó la víspera durante la inauguración de la conferencia que las armas pequeñas y ligeras son usadas por quienes buscan desafiar el poder legítimo de los Estados, sembrar el miedo y la inseguridad.

 

Recordó además que medio millón de personas mueren anualmente por el uso de esas armas, y deseó suerte a los Estados durante la revisión del PoA, que finalizará el próximo 7 de septiembre.

 

Mientras tanto, un organismo civil asentó la víspera en el Informe sobre Armas Pequeñas que el comercio lítico de armas pequeñas y ligeras en el mundo tiene un valor anual de ocho mil 500 millones de dólares, más del doble del que tenía en 2006.

 

El PoA es complementario al esfuerzo de la ONU por crear la primera regulación internacional legalmente vinculante sobre armamento convencional, que en julio pasado no pudo cristalizarse en lo que hubiera sido el Tratado sobre Comercio de Armas.