De nueva cuenta, como ha ocurrido reiteradamente en las cinco elecciones presidenciales perdidas por la izquierda mexicana -1988, 1994, 2000, 2006 y 2012-, reaparece el sambenito del “estallido social”.

 

Dicen “santones” de partidos de las izquierdas que si el Tribunal Electoral decide validar la elección presidencial -lo que significa que los progresistas sólo aceptarán tirar la elección-, existen condiciones para esperar un estallido social. ¿Y qué significa un “estallido social”?

 

Poca cosa: que según líderes de las llamadas izquierdas, veríamos a miles o millones de mexicanos volcarse a la calle, en repudio por el fallo del Tribunal Electoral que –seguramente-, declarará presidente electo a Enrique Peña Nieto.

 

Y claro, “las masas” de inconformes argumentarán que el 1 de julio se cometió un horrible fraude, que PRI y PAN se habrían prestado a la más vulgar maniobra para despojar de su legítimo triunfo a ese apóstol de la democracia, la verdad, la rectitud, la congruencia y la sabiduría motejado por todos como AMLO.

Y por eso vale preguntar.

 

¿Realmente existen condiciones sociales, como para que las grandes multitudes salgan a la calle a repudiar el “perverso” fraude cometido por los no menos pervertidos partidos que se han sumado a la alianza PRI-PAN?

 

Lo cierto es que el cuento del “estallido social” es otro de los cuentos “engañabobos”, desarrollados por las llamadas izquierdas que, sin embargo, no se van a quedar con los brazos cruzados. Es decir, que si bien es demencial suponer que habrá estallido social por un fraude que nunca existió, eso no quiere decir que las mafias de izquierda no vayan a intentar un escándalo mediático. ¿Por qué?

 

Por puro sentido común; porque las izquierdas tienen listo el montaje del “estallido social”, y hasta han realizado por lo menos 200 ensayos, todos ellos con éxito.

 

FARSAS, SORIANA Y #132.

 

En la entrega de ¿Cara o Cruz? del pasado 3 de agosto -titulada “Soriana, coartada desestabilizadora”, advertimos que la intención de esas mismas izquierdas era preparar un montaje para hacer creer a miles o millones de mexicanos que estaba listo el estallido social. Así lo dijimos en esa entrega.

 

“Lo cierto es que a la distancia y frente al incremento exponencial de los ataques a las tiendas Soriana -y sobre todo ante el escalamiento en el nivel de violencia-, todo apunta a que la estrategia y la perversidad de ‘los progresistas’ y su claque, van en dirección a objetivos contra la seguridad nacional. ¿De qué estamos hablando?

 

La respuesta es elemental.

 

“Si según los directivos de Soriana, en 30 días se han producido un promedio de 180 ataques contra alguna de las 560 tiendas en todo el país, entonces el nivel de agresiones es de seis ataques por día.

 

“¿Y qué significa esa frecuencia de agresiones contra una empresa mercantil, que atiende diariamente a millones de clientes, que tiene presencia en todo el país, y que genera 85 mil empleos?

 

“Otra vez elemental.

 

“Significa que asistimos a una estratagema de violencia planeada, preparada y llevada a cabo con evidentes fines de desestabilización. Y es que si lo que pretendieran los señores López Obrador, Ricardo Monreal y Jesús Zambrano -y todos los llamados ‘progresitas’-, fuera demostrar que Soriana se prestó al horrible fraude, bastaba con que presentaran pruebas reales, ciertas y contundentes.

 

“Y es que ni los mítines, ni los plantones y menos las agresiones o las bombas molotov son prueba de compra de votos, complicidad para comprar votos o ilegalidades electorales. Y menos son pruebas aceptadas por el IFE y por el Tribunal Electoral como evidencia de violaciones electorales.

 

“¿De verdad creen los señores ‘progresistas’ que con atacar seis tiendas diarias en promedio -y en por lo menos una agresión con bombas molotov y en otros casos de robos-, los consejeros del IFE y los magistrados del Tribunal Electoral van a modificar su resolución?

 

Queda claro que los señores ‘progresistas’ saben que la violencia lanzada contra Soriana de nada servirá al resultado electoral. ¿Y entonces qué pretenden ‘los progresistas’ con la cadena de ataques contra Soriana?

 

“La estratagema es evidente, por grosera y burda.

 

“Resulta que la ‘protesta’ contra las tiendas Soriana ya es presentada como ‘una respuesta de la gente’ al fraude; como ‘el enojo de la gente’ contra el fraude y -lo más importante-, como la chispa que prenderá ‘el fuego social contra la imposición de Peña Nieto’.

 

“En otras palabras, que son muchas las evidencias de que la protesta y la violencia desatadas contra las tiendas Soriana habrían salido desde ‘El Castillo de la Pureza’ -como motejan la casa de campaña de AMLO-localizada en San Luis Potosí 64, con la intención de crear un clima de desestabilización en distintas regiones del país.

 

“Y claro, parte fundamental de esa estratagema será la exhibición del enojo, la desesperación y la violencia de los violentos que han sido lanzados contra Soriana. Y, por supuesto, los señores López Obrador y Jesús Zambrano ya dijeron que ellos nada tienen que ver, que ‘es la gente’”. Hasta aquí la cita.

 

SON LOS HUEVOS…

 

Lo cierto es que buena parte de los “progresistas” no han visto -no lo han querido ver o, de plano no les da para detectarlo-,  que un potencial estallido social no vendrá por el supuesto fraude. No, un estallido social se podría producir por errores u horrores cometidos por servidores públicos como los secretarios de Agricultura y Economía del gobierno de Calderón.

 

En efecto, una crisis fuera de control como la del precio del huevo, podría ser utilizada para azuzar a las masas contra un gobierno, pero no una que reclama un fraude que nadie ha visto.

 

Por lo pronto, los “ternuritas” del #132 ya tienen listas sus reacciones inteligentes, talentosas y harto eficientes, para protestar contra “la imposición de Peña”. Sí, le van a joder la vida a millones de ciudadanos.

 

¿Cara o Cruz?

 

¿SE ACUERDAN?

 

Hace seis años, la controversia se ubicó en torno al desfile por los festejos del 16 de septiembre. Y es que, con el plantón a lo largo y ancho de Reforma y el Zócalo capitalino, las Fuerzas Armadas no podrían llevar a cabo el tradicional pase de lista que suele acompañar las fiestas patrias.

 

En medio de su necedad, Andrés Manuel López Obrador tuvo a mal declarar que el plantón se quedaría, incluso si obstaculizaba el desfile. Sin embargo, luego de días y con la presión pública encima, Andrés Manuel reculó y aseguró que su ensayo de resistencia civil no dificultaría la puesta en práctica de las tradiciones nacionales.

 

De hecho, el famoso plantón estaba por ver sus últimos días. Con el regreso a clases, las quejas, demandas y la amenaza de juicio político en contra de Alejandro Encinas -jefe de Gobierno interino-, Obrador y los suyos terminaron por ceder y optaron por abrir la circulación en algunas glorietas y cruces importantes.

 

Por cierto, al igual que el plantón, la imagen e influencia de Obrador estaba cada vez más lastimada. Una elección interna convirtió a Carlos Navarrete y Javier González en los coordinadores de la bancada del PRD en el Senado y la Cámara de Diputados, respectivamente. Ninguno de los dos era el candidato de AMLO… y es que nadie en el sol azteca estaba dispuesto a sacrificar las mieles legislativas por la noble gesta democrática que entonces protagonizó su líder y candidato presidencial.

 

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