Tomás Yarrington, ex gobernador de Tamaulipas, ha sostenido encuentros con autoridades de Estados Unidos a fin de negociar su ingreso al programa de testigos protegidos del gobierno de aquel país.

 

Funcionarios mexicanos que participan en el gabinete de seguridad nacional revelaron que mandos de la Procuraduría General de la República (PGR) han sido informados sobre los encuentros entre autoridades estadunidenses con representantes del ex gobernador tamaulipeco.

 

Según fuentes consultadas, la PGR trabaja conjuntamente con el Departamento de Justicia de Estados Unidos  y con el procurador estadunidense Eric Holder, en la investigación de personas vinculadas a los cárteles del Golfo y los Zetas.

 

Asimismo, trabajan en la investigación de una red de 29 personas que presuntamente protegieron desde 1993 en territorio mexicano, pero principalmente en Tamaulipas, operaciones de organizaciones criminales dirigidas por Osiel Cárdenas Guillén y Heriberto Lazcano Lazcano.

 

El pasado 8 de junio, Tomás Yarrington negó durante una entrevista con Carmen Aristegui tener relación alguna con el crimen organizado, recibido sobornos o brindado protección a delincuentes; asimismo, rechazó haber realizado operaciones de lavado de dinero o tener negocios inmobiliarios en Texas.

 

Desde que fue presidente municipal de Matamoros, entre 1993 y 1995, Tomás Yarrington consolidó una gran amistad con el ex presidente de Estados Unidos George Bush, a grado tal que éste afirmó que el político mexicano era su compadre.

Yarrington Ruvalcaba fue huésped distinguido de George Bush en su rancho en Crawford, Texas, en varias ocasiones, y también en el Congreso de ese país cuando el texano tomó posesión como presidente el 21 de enero de 2001.

 

Funcionarios de la PGR señalaron que la dependencia ha trabajado el caso Tamaulipas considerando que en ocasiones “se gana más perdiendo” y por ello prefirió que quedaran en libertad los tres presuntos operadores financieros de los ex gobernadores Tomás Yarrington y Eugenio Hernández.

 

Así,  se logró que dos de ellos (Eduardo Rodríguez Berlanga y Zonia de Pau García) se acogieran al programa de testigos protegidos y podrán ser utilizados por los gobiernos de México y Estados Unidos en las investigaciones contra los cárteles del Golfo y Los Zetas.

 

(Con información de La Jornada)