BUENOS AIRES. La inédita huelga en el metro de Buenos Aires, que ayer ingresó en su novena jornada consecutiva y parece no avizorar una solución, reavivó el conflicto entre el Gobierno de la capital argentina y el Ejecutivo que encabeza la presidenta Cristina Fernández.

 

El impacto de la medida de fuerza, la más prolongada que se recuerde en el metro de Buenos Aires, era ayer acotado por la escasa actividad del domingo, pero el casi millón de usuarios que los días laborales utiliza el servicio se prepara para vivir este lunes otra jornada de caos en la ciudad como las registradas la semana última.

 

La Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y el Premetro (AGTSyP), que reclama un alza salarial del 28%, no ha acatado la conciliación obligatoria dictada en este conflicto, razón por la que la Subsecretaría de Trabajo de Buenos Aires le aplicó una multa de 4.9 millones de pesos (cerca de un millón de dólares).

 

“De ninguna manera vamos acatar la conciliación obligatoria si no tenemos las condiciones de trabajo que reclamamos”, dijo el secretario adjunto de los denominados metrodelegados, Néstor Segovia.

 

Además de multar a la AGTSyP, el Gobierno capitalino llevó el caso al Ministerio de Trabajo argentino, donde remitió el acuerdo para un alza salarial del 23 por ciento alcanzado entre la empresa concesionario del metro, Metrovías, y la Unión Tranviaria Automotor, el otro gremio que agrupa a trabajadores del subterráneo.

 

La huelga ha reavivado la pelea entre el Gobierno de Cristina Fernández y el alcalde porteño, el conservador Mauricio Macri, en torno a quién debe administrar el metro y qué autoridad debe resolver el conflicto.

 

El Gobierno de Buenos Aires ha acusado al Gobierno de Fernández de estar detrás de la “intransigencia” mostrada por los metrodelegados.

 

“Estos señores, con oxígeno político, han ido generando cada vez más anarquía y peor servicio en el subterráneo. Hoy llegamos a un pico, y han decretado que se hace lo que quiere con el subterráneo. Y van a la Casa Rosada (sede del Ejecutivo argentino) a recibir instrucciones”, afirmó Macri.

 

En una entrevista publicada por el periódico La Nación, el alcalde consideró que el conflicto en el metro es parte de la “intransigencia” del Gobierno de Fernández.

 

“Tenemos que entender que esto empezó hace tiempo y no tiene que ver con el subterráneo, sino con nuestras libertades, con que la presidenta decidida llevar al país hacia un modelo chavista”, afirmó Macri.

 

La Presidencia argentina ha comenzado a difundir un aviso televisivo en el que señala que el 3 de enero pasado Macri aceptó la transferencia del metro desde la órbita del Estado nacional a la municipal y recordó que dos días después, “confirmando en los hechos su responsabilidad” en el metro, aumentó las tarifas del servicio.