TEHERÁN. Algunos de los 48 iraníes secuestrados por un grupo armado rebelde en Siria el pasado sábado son militares jubilados del Cuerpo de Guardianes de la Revolución y del Ejército, según dijo el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Ali Akbar Salehi.

 

Mientras Teherán sostiene que los 48 secuestrados son sólo peregrinos que visitaban un santuario musulmán chií cerca del aeropuerto de Damasco, sus captores afirman que entre ellos hay miembros de los Guardianes de la Revolución, cuerpo especial de defensa del régimen islámico de Irán.

 

El Ejército Libre Sirio (ELS), que ha asumido el secuestro, afirmó que algunos tenían permiso de armas, pero no ha dicho que las portaran cuando fueron capturados.

 

El ELS también anunció que tres de los 48 secuestrados habían muerto en un bombardeo gubernamental en las afueras de Damasco, pero está información no ha sido confirmada ni por las autoridades de Irán ni por las de Damasco.

 

Salehi dijo que había en el grupo “militares jubilados”, además de funcionarios retirados de otros ministerios, tras haber viajado ayer a Ankara para pedir a las autoridades de Turquía, que apoya a los grupos rebeldes sirios, su intervención para liberar a los secuestrados iraníes.

 

El ministro iraní explicó que el secuestro se produjo en las proximidades del aeropuerto de Damasco, cuando un autobús que formaba parte de una caravana de tres de esos vehículos con peregrinos iraníes se separó de los otros dos, cerca del santuario de Sayeda Zeinab.

 

Además, el responsable de la diplomacia iraní pidió, en una carta a la ONU, la intervención del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, para lograr la liberación de todos los secuestrados iraníes, en Siria y en Libia.

 

“Para nosotros es importante, cuando nuestro compatriotas están privados de libertad, hacer todos los esfuerzos para conseguir liberarlos, como es nuestro deber”, dijo Salehi, en referencia a los sesenta secuestrados iraníes que aún quedan entre Siria y Libia.

 

También apeló Salehi a la religiosidad de los secuestradores, que son musulmanes, y recordó que estamos en el mes de ayuno islámico del ramadán, que “es un mes de paz”, por lo que les solicitó que liberen a los rehenes.

 

Salehi concluyó que Irán “rechaza la violencia” y propugnó un “diálogo nacional en Siria”, al tiempo que mostraba la disposición del Gobierno de Teherán para acoger una negociación entre la oposición no violenta y el régimen de Damasco del presidente Bachar al Asad.

 

Sesenta ciudadanos iraníes, 53 en Siria y 7 en Libia, secuestrados por grupos rebeldes armados de esos dos países en distintos sucesos desde diciembre pasado, siguen en poder de sus captores, mientras otros 27 han sido liberados en este periodo, todos con la mediación turca.