Hecho en China. La polémica que generaron los uniformes estadunidenses hechos en China en el seno de la delegación americana sería sólo la punta del iceberg. Los chinos están dispuestos a demostrarles en estos Juegos Olímpicos que la etiqueta de Hecho en China es sinónimo de excelencia, precisión y dominio.

 

La delegación China llegó a Londres para ganar el primer lugar del medallero por encima de la potencia Estados Unidos y han comenzado la primera semana a tambor batiente, sacudiendo a Estados Unidos en una de sus pruebas más fuertes: la natación.

 

La nadadora Ye Shiwen, de 16 años arrasó con sus pruebas y con las estadunidenses en la piscina. Se llevó el oro en los 200 combinado individual y en los 400 combinado individual, donde además, rompió el récord mundial por más de un segundo.

 

Fue tan rápida que su tiempo de 28.93 segundos, que incluso fue más veloz que el que cronometró el nadador estadunidense Ryan Lochte en la misma prueba.

 

China cuenta hasta el momento con 53 medallas (25 de oro, 16 de plata y 12 de bronce); de las cuales, la natación les ha aportado cuatro oros, misma cantidad que los deportes donde tienen dominio mundial como los clavados y la halterofilia.

 

Estados Unidos que durante los primeros cinco días estuvo por debajo de la nación asiática, alcanzó a nivelarse este sábado, (54 medallas, 26 oros, 13 plata y 15 bronce); pero falta una semana de competencias y nadie podría asegurar a ciencia cierta, que terminará por encima en el medallero.

 

Con el triunfo de Shiwen, comenzaron los murmullos de entrenadores estadunidenses, sobre un posible caso de dopaje. En declaraciones a la prensa, el jefe de la asociación de entrenadores de natación estadunidense, John Leonard, dijo que le recordaba a las nadadoras de la Alemania Federal.

 

Shiwen pasó sin problemas los exámenes antidopaje y las palabras se las llevó el viento.

 

El éxito oriental en la piscina no vino de una jeringa. Tardó tres ciclos olímpicos en dar frutos.

 

China comenzó a darle mayor prioridad a su programa deportivo después de Sydney 2000 donde terminaron terceros en el medallero con 28 oros, por encima Rusia con 32 y EU con 39.

 

Tras ganar al sede para los Juegos Olímpicos del 2008 el gobierno puso en marcha el Programa 119 pues era el número de disciplinas en donde competirían para los Juegos de Beijing.

 

En los Juegos de Atenas 2004, el Programa 119 les dio dos oros en Atletismo con Liu Xiang en los 110 con vallas y Xing Huina en los 10 mil metros femenil, otro en canotaje y uno más en natación con Luo Xuejuan en los 100 metros pecho femenil.

 

Para cuando los Juegos llegaron a Beijing, China arrasó en el medallero con 51 preseas doradas.

 

Pero el éxito del Programa 119 iba más allá de Beijing 2008, pues puso especial énfasis en deportes en los que China no tenía dominio como el remo, vela, kayak, natación y atletismo.

 

Ye Shiwen es producto de este programa, también conocido como Plan para la Gloria Olímpica. Shiwen, ya cumplió su cometido en la piscina, arrebatándole dos preseas a Estados Unidos.

 

Un atleta envió China a los Juegos Olimpicos de 1932

51 oros ganaron en Beijing 2008

38 entrenadores se contrataron para el Programa 119

586 millones de dólares es la inversión en el Programa 119

69 atletas compitieron en Berlin 1936, regresaron sin medallas

10 mil atletas compiten en los Juegos Nacionales que se celebran cada 4 años y en los que participan 46 delegaciones regionales en 32 deportes.

130 millones de dólares los que invierte al año EU en la preparación de sus atletas.

 

En a última parte de los juegos dan inicio las competencias de atletismo. Podría ser que China tuviera un as del Programa 119 bajo la manga para poner de cabeza las aspiraciones estadunidenses en el medallero.

 

 

La construcción de un imperio deportivo

 

En el seno de la República Comunista China, el deporte jugó un complejo papel en la reconstrucción de un nuevo orden social. De manera tal que el deporte estaba asociado fuertemente con sus objetivos políticos: Nacionalismo y Comunismo.

 

En este esquema socialista de una nueva nación, como la que se pretendía que fuera la República Popular de China, se concebía al deporte como un motor esencial debido a que si el pueblo estaba saludable se podría recuperar con mayor facilidad la producción y consolidar la revolución.

 

Así que el primer paso fue crear ciudadanos saludables. En la década de los 50, China dedicó esfuerzos a la masificación del deporte, de manera tal que todos los trabajadores, estudiantes e intelectuales se involucraron en actividades deportivas, ya sea en las escuelas, lugares de trabajo o comunidades agricultoras.

 

Los trabajadores tenían varias opciones, podían ejercitarse por la mañana en sus tiempos de descanso o después de la jornada laboral. De igual modo se fomentó la competencia entre el personal al organizar exhibiciones mensuales.

 

En 1958, se lanzó una exitosa campaña en la que en cada ciudad del país se destinaban diez minutos para hacer ejercicio, alentados con música.

 

Una vez que la campaña tuvo a la población entera ejercitándose, podrían darse los siguientes pasos para presentar a los habitantes de la República Popular de China ante el mundo como una fuerza importante que podía dominar en los deportes y mandar a su vez un mensaje político que los representara como una nación honorable.

 

De esta manera, en 1960 se comenzó a construir el imperio deportivo chino con base en la producción de atletas de élite.

 

A finales de 1979, la República Popular de China fue admitida en el Comité Olímpico Internacional, por lo que tendrían la oportunidad de demostrarle al mundo sus habilidades en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984.

 

Esta participación representó un parteaguas para el país.

 

Por primera vez se enviaba una gran delegación, 225 atletas que consiguieron traer a casa 15 medallas de oro. El éxito obtenido permitió que al año siguiente se diseñara una estrategia por parte de la Sociedad de la Investigación Estratégica para el Desarrollo de la Educación Física y Deporte. El slogan de esta estrategia fue “El deporte de élite es la guía”.

 

Sin embargo, de cierto modo el avance en la producción de deportistas de élite resultó contraproducente para la población en general, pues se perdieron espacios deportivos para el público. Fue entonces necesario replantear la estrategia.

 

En 1995, se estableció el Programa Nacional de Aptitud Física, que alentaba a los gobiernos a trabajar juntos para promover la actividad física entre la población. Otro punto fuerte de la campaña fue realizar un examen de aptitud física entre la población cada cinco años. Y se enfatizó en la construcción de facilidades deportivas que debían estar abiertas al público en general.

 

Para financiar este proyecto y las necesidades del deporte de élite, se apoyaron en la lotería deportiva, 60% de las ganancias fueron utilizadas para proyectos públicos. Hasta 2003, se habían usado 762 millones de dólares para el deporte de élite, mientras que mil 150 millones de dólares fueron destinados exclusivamente al Programa Nacional de Aptitud Física.

 

Para finales de 2000, China había logrado consolidar de manera exitosa su programa deportivo, se tenían 30 mil espacios deportivos a lo largo del país y 200 mil instructores.

 

El esfuerzo de más de cinco décadas se vio recompensado cuando Beijing ganó como ciudad sede de los Juegos Olímpicos del 2008.