Washington.  El obispo William Lynn, que fue secretario de la archidiócesis de Filadelfia, fue condenado hoy a entre tres y seis años de prisión por no impedir y ocultar abusos sexuales de párrocos a su cargo, con lo que se convierte en el primer responsable católico que es condenado por estos delitos.

 

Según la jueza Teresa Sarmina, Lynn “ayudó a muchos, pero falló también a muchos en sus 36 años de carrera”, por lo que deberá pasar en prisión un mínimo de tres años, después de ser declarado culpable de conspiración por ocultar abusos.

 

Entre 1992 y 2004, Lynn fue encargado de supervisar y gestionar las quejas de abusos sexuales, que ocultó como en el caso de Edward Avery, un párroco que fue condenado a entre dos años y medio y cinco años de prisión por abusar de un monaguillo.

 

Lynn dijo hoy que “no intenté ningún mal. Lo hice lo mejor que pude pero no fue suficiente para detener el daño” en el caso de Avery.

 

El abogado de Lynn había pedido que la condena se limitara a una libertad condicional, debido a que no consideraba justo que su cliente pase más tiempo en la cárcel que muchos condenados que abusaron directamente de menores.

 

La jueza aseguró que Lynn consintió que “monstruos con sotana” destruyesen el alma de niños.

 

El religioso de 61 años recibió quejas en 1992 de abusos pasados realizados por Avery, a lo que Lynn respondió con una cura por alcoholismo para el denunciado y lo restituyó poco después como párroco donde en 1999 abusó de un niño de 10 años.

 

Lynn es el primer responsable católico condenado por no denunciar debidamente los abusos a menores por parte de religiosos a los que él supervisaba.

 

Según la acusación, la archidiócesis mantenía en secreto documentos desde 1948 que ocultaban los abusos y negaban una investigación profunda en casos que en ocasiones se habían prolongado durante años.