LONDRES. A solo quince días de que empiece el evento, la ministra británica del Interior, Theresa May, explicó ante la Cámara de los Comunes que habrá que recurrir a tres mil 500 militares adicionales, que se suman a los 13 mil 500 ya previstos, después de que el martes la empresa privada encargada de la seguridad, G4S, admitiera que no está preparada.

 

May aseguró que el cambio de planes, que obligará a repatriar a soldados destinados a países como Afganistán y a que otros cancelen sus vacaciones, “no socavará la seguridad de los Juegos”, que comienzan el 27 de julio y sobre los cuales aseguró que “no pesa ninguna amenaza concreta”.

 

La oposición laborista calificó la situación de “chapuza” y pidió que se penalice por ruptura de contrato a G4S, una multinacional con 650 mil empleados en todo el mundo que tiene múltiples operativos en el Reino Unido, en control de inmigración o prisiones.

 

Esta compañía confesó que había “tenido problemas” para reclutar el personal suficiente y formarlo en el calendario previsto, cuando el contrato establecía que proporcionase 10 mil guardias privados durante los Juegos.

 

“G4S ha dejado tirado al país y por ello hemos tenido, literalmente, que enviar al Ejército”, criticó el presidente de la comisión parlamentaria de Interior, el laborista Keith Vaz, quien llamó a declarar al presidente de esa empresa, Alf Duch-Pedersen, y a su consejero delegado, Nick Buckles.

 

Tanto May como el titular de Defensa, Philip Hammond, aseguraron que se compensará económicamente por las vacaciones perdidas a los soldados de la Fuerza Aérea, la Marina, el Ejército de Tierra y reservistas destinados a los Juegos Olímpicos, a quienes además se darán boletos gratis para algunos eventos deportivos.

 

La ministra admitió, no obstante, que la convocatoria de soldados que sirven en otros países o que acaban de regresar de misiones en el extranjero supondrá un sobre esfuerzo para estos efectivos, que no podrán disfrutar de un descanso.

 

Esto, según han afirmado ex jefes militares, minará la ya frágil moral en las Fuerzas Armadas, que afrontan despidos masivos por un recorte del presupuesto de Defensa.

 

Hammond anunció el 5 de julio que se reducirá en un 24% en los próximos ocho años la capacidad militar de este país, lo que significa pasar de los actuales 102 mil soldados a 82 mil, la mitad que en la Guerra Fría.

 

El operativo de seguridad por los Juegos, que se celebran del 27 de julio al 12 de agosto, ha sido objeto también de otra polémica, después de que los vecinos del este de Londres, donde se ubica el parque olímpico, se quejaran por la instalación de misiles tierra-aire en las azoteas de sus edificios.

 

A este último fiasco se suma, además, la inquietud existente por la ralentización de los controles de inmigración en los aeropuertos, principalmente el londinense de Heathrow, el mayor del país, donde diariamente se forman largas filas.

 

En todo el Reino Unido, el operativo de seguridad en torno a los Juegos Olímpicos involucrará a unas 42 mil personas, con un costo cercano a los mil 200 millones de euros.