ROMA. Durante una intervención en la asamblea de la Asociación Bancaria Italiana (ABI) en Roma, el primer ministro italiano, Mario Monti, aseguró que su país mantiene un “recorrido de guerra”. Monti no sólo se refirió al ámbito económico sino a los prejuicios que parte de Europa mantiene sobre Italia.

 

“Lo que ha tenido que afrontar Italia es un recorrido por el interior de un túnel, es más, ha sido un recorrido de guerra, hacia una perspectiva no lejana de recogida de frutos de lo que se ha sembrado hasta hoy”, dijo Monti, en una comparecencia recogida por las cámaras de televisión.

 

“Se trata de una guerra contra los extendidos prejuicios sobre Italia, contra la extendida y un poco cínica minusvaloración de nosotros mismos. Una guerra contra los efectos iniciales de decisiones pasadas, del alto nivel de endeudamiento, y los defectos estructurales de nuestra economía”, agregó.

 

En este sentido, el primer ministro italiano advirtió de que ese “recorrido de guerra” emprendido aún no ha terminado y que “se puede esperar de modo razonable” que en algún mes de 2013 (dijo desconocer exactamente cuándo) se verán “los primeros resultados de esta toma de consciencia colectiva por parte de la sociedad italiana”.

 

“Será necesario más tiempo para lo más importante, lo que preocupa mucho más a los italianos: los efectos de la reforma laboral y de los planes sobre el crecimiento y el empleo, que también llegarán”, afirmó Monti, quien llegó al poder en noviembre para gobernar hasta las elecciones generales de 2013.

 

El actual primer ministro se refirió además a la difícil situación que vivió su predecesor en el cargo durante la cumbre del G20 de Cannes, con Italia entonces en el centro de la desconfianza de los mercados y solo días antes de que Berlusconi finalmente presentara su dimisión para dar paso a un nuevo Gobierno.

 

“En el G20 de Cannes mi predecesor, Berlusconi, fue sometido a presiones muy desagradables e, imagino, próximas a la humillación que, sustancialmente, en la intención de quienes presionaban, habrían llevado a Italia a ceder buena parte de su soberanía y poder discrecional”, comentó Monti.

 

“Italia es un país que está entre los más dispuestos a compartir parte de soberanía con otros, pero creo que, habiendo tenido una historia de dominación colonial distinta, el país es reacio a una cesión de soberanía sobre una base inmediata y rotunda”, agregó.

 

Finalmente, al referirse a las reformas que ha impulsado desde su llegada al gobierno, Monti señaló: “Es un motivo de frustración que los beneficios de las reformas no se hagan visibles rápidamente, tanto para la opinión pública, como para el propio Gobierno. Contra esto Italia se ha movido para que hubiera mecanismos de apoyo que no comportaran la pérdida de soberanía. Por esto hemos luchado”, dijo.