Con todo lo necesario para un picnic, cientos de ciudadanos se concentraron ayer en el Río Piedad, por donde pasa el Viaducto, en la capital del país, pero lo mismo hicieron otros en las inmediaciones de afluentes en 10 ciudades más del país. El objetivo: promover su regeneración, desentubarlos, tratar el agua, convertirlos en parques lineales con ciclopistas, áreas verdes y cascadas.

 

La regeneración del Río Piedad –uno de los más de 40 afluentes que existen en la Ciudad de México- es sólo el primer paso de un ambicioso proyecto ciudadano que busca una ciudad más saludable, y mejor conectada con sus recursos naturales.

 

Con este principio, desde antes del mediodía del domingo las familias, amiga y amigos llegaron al punto de la convocatoria –Viaducto e Insurgentes- con comida, sombrillas, helados, composta, amigos y amigas, botana, y manteles. La invitación fue lanzada a través de las redes sociales y de la organización vecinal.

 

El picnic  fue convocado por activistas urbanos y ambientalistas que promueven el rescate de los ríos de la ciudad de México, y que pese a que llevan entubados décadas y trasportan el drenaje de millones de habitantes, dicen, es viable su recuperación.

 

Elías Cattan, profesor de la Universidad Iberoamericana y director del despacho de arquitectos Taller 13, una de las organizaciones promotoras, explicó que alrededor de 15 organizaciones trabajan desde hace tiempo en la consolidación de un proyecto que le apuesta a una ciudad más saludable, y mejor conectada con sus recursos naturales.

 

 

El primer paso, dijo, es mediante la regeneración de sus ríos principales, se propone desentubarlos, tratar el agua, convertirlos en parques lineales con ciclopistas, áreas verdes y cascadas; además se tiene contemplado el paso del Metrobús. Se comenzaría con el Río Piedad, por donde pasa Viaducto Miguel Alemán.

 

Esta idea, señaló, se sustenta a partir de que “el agua es vida y viene en su mayoría de los bosques y por la conformación de la ciudad, la gente no tiene acceso a esto”, es por ello, que es necesario que en medio del concreto y edificios haya espacios verdes.

 

El esquema de traer agua del Estado de México está rebasado por el crecimiento urbano, aunado a que económicamente ya no resulta viable, el Sistema Cutzamala se encuentra al límite por los 30 años que lleva en servicio, aseguró Elías Cattan.

 

La recuperación del Río Piedad costaría 15 mil millones de pesos y se contempla la regeneración de 13 kilómetros.

 

“Justo los picnis son para cambiar esta mentalidad, que la gente conozca y se entere que es posible rescatar los ríos; lo que buscamos es crear en la mente de las personas que asisten, que se imaginen que el río ya está vivo, y ya hay un parque, entonces vayamos a convivir”, concluyó.

 

RÍOS Y MÁS RÍOS

 

En la creencia popular chilanga, está el mito de que en la Ciudad de México sólo existe un río, el Río de la Magdalena, pero hay más de 40. Los hay temporales,  chicos, grandes, entubados, desviados, ríos y más ríos. Todos siguen ahí, por la sencilla razón de que el agua siempre va hacia abajo, afirma el investigador Luis Zambrano.

 

 

“Muchos de los ríos están cerca de nosotros, aunque no los vemos, pues están detrás de bardas pintadas de propaganda electoral. Por ejemplo el río que está por debajo de Avenida Luis Cabrera, resurge a un costado de un centro comercial a la altura de la Glorieta San Jerónimo y cruza Periférico Sur por abajo”.

 

Para Zambrano “uno entubado es el peor de los ríos y no nos provee de ningún “servicio ecosistémico”, beneficio de la naturaleza gratis como purificación de agua, mejoramiento del clima, filtrar agua al acuífero o reducir la velocidad de las inundaciones. Pero un río entubado sí se desborda, además de que provoca más inundaciones en las zonas bajas de la ciudad, puesto que el agua va a más velocidad.

 

En otros países, dice el especialista en temas urbanos y lacustres, han tirado los segundos pisos para rescatar los ríos que estaban entubados. El caso más claro es el de Seúl, Corea, donde un segundo piso fue removido y ahora se tiene un río que mejoró la calidad de vida de las personas y hasta disminuyó el tráfico.

 

Otro río icónico en el DF es el Río de la Piedad, que fue entubado hace pocas décadas para hacer el Viaducto, popular vialidad al centro de la ciudad.

 

En su artículo “40 ríos, una sola ciudad” publicado por www.transeunte.org, el investigador hace referencia al libro Ríos, Lagos y Manantiales del Valle de México”, del autor, Jorge Legorreta, en el que se muestra la diversidad de los ríos en el Distrito Federal.

 

 

Así, hace referencia al de Puerta Grande y Puente Colorado, dos ríos en Tarango “que tuvieron a mal estar en medio del proyecto de la Supervía, y ahora están secos. Probablemente cuando la construcción de esa vialidad llegó a tal punto, los desviaron o los entubaron mandando el agua directo al drenaje”.

 

Luis Zambrano señala que otro afluente que está sufriendo ahora es el Río Magdalena, que bajo pretexto de arreglarlo, es destruido por maquinaria y sus piedras están siendo robadas para una construcción que no tiene permisos de Semarnat.

 

“Uno entubado es el peor de los ríos y no nos provee de ningún servicio (…) como purificación de agua, mejoramiento del clima, filtrar agua al acuífero o reducir la velocidad de las inundaciones. Pero un río entubado sí se desborda, además de que provoca más inundaciones en las zonas bajas de la ciudad, puesto que el agua va a más velocidad”

 

Luis Zambrano, investigador en temas urbanos y lacustres