WASHINGTON. El presidente de EU, Barack Obama, afirmó que “la historia de los inmigrantes es nuestra propia historia” al encabezar la ceremonia de naturalización de una decena de hispanos miembros activos de las fuerzas armadas, de Bolivia, Honduras, Ecuador, Guatemala, México, El Salvador y Colombia.

“Ninguna otra nación se renueva y refresca tan constantemente como EU, gracias a la llegada de inmigrantes. Por eso Estados Unidos siempre es joven”, explicó Obama ante una audiencia compuesta por las familias de los naturalizados en la Sala Este de la Casa Blanca.

 

Uno de ellos, el guatemalteco Carlos Alberto Navichoque, relató su paso de inmigrante ilegal hace casi 16 años a ciudadano estadunidense tras servir en Irak como operador de transporte en 2010.

 

“Entramos por Tijuana, con mucho peligro, pero valió la pena. Hoy ha sido un día emocionante, con muchos nervios, estoy orgulloso de ser parte de esta nación y de servir al Ejército de EU”.

 

No obstante, quiso enviar un mensaje de esperanza a los inmigrantes que llegan a Estados Unidos.

 

“En todo momento pasamos cosas duras, pero nunca hay que perder la fe”, subrayó.

 

Obama destacó la fecha, el 4 de julio, en la que se conmemora la Independencia del país, como apropiada para realizar este acto en el que los veinticinco miembros de las fuerzas armadas pasaron a obtener la ciudadanía estadunidense.

 

Por su parte, Silvano Carcamo, natural de Honduras, se mostraba visiblemente emocionado acompañado de su hijo y su esposa.

 

“Es increíble, quería dejarle una buena historia a mi hijo. He peleado por el país, quería que se valorase más la ciudadanía”, explicó Carcamo, médico de la Armada y recién llegado de Afganistán, tras la ceremonia.

 

Obama estuvo acompañado en la ceremonia por la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, y el director de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración, Alejandro Mayorkas.

 

Napolitano subrayó: “las libertades que disfrutamos son consecuencia de los sacrificios realizados por personas como ustedes”.

 

El proceso de naturalización exige un mínimo de residencia legal de cinco años y el cumplimiento de requisitos como hablar, leer y escribir inglés, tener conocimiento del Gobierno y la historia del país y cumplir con los principios morales.