Al día de hoy, el Instituto Federal Electoral tiene más responsabilidades de las que solía tener. Ejemplo de ello son la fiscalización, el control del acceso de los partidos políticos a la radio y la televisión, y las actividades concernientes al arbitraje electoral. Aunque el IFE es el encargado de realizar lo conducente para las elecciones federales, también debe coordinarse con los institutos electorales locales para la actualización del padrón de electores, la ubicación e instalación de casillas, la capacitación electoral y, sobre todo, la administración de los tiempos que correspondan al Estado en radio y televisión.

 

En el proceso electoral de 2012, el IFE habrá gastado un total de 10 mil 661.4 millones de pesos (MDP) de los cuales, 46% se destinará únicamente a la actualización del padrón electoral, el voto de los mexicanos residentes en el extranjero, los preparativos para la jornada electoral, la innovación y transformación institucional para la atención de quejas de los medios y el conteo de los votos, así como la estrategia nacional de educación cívica.

 

La autoridad electoral ha sido cuestionada en muchas ocasiones por los excesos en los presupuestos, por lo que en la revisión al acuerdo del Consejo General (CG472/2011) se encontró el desglose de los gastos programados en el cual se establecen 107.1 MDP para el ejercicio del voto de los mexicanos residentes en el extranjero, lo que significa 2.2% del presupuesto designado al Instituto. Para la actualización y fortalecimiento del padrón electoral únicamente se destinó 7.1% (353.1 MDP) y la mayor parte del gasto, correspondiente al 84.3% (4 mil 163.8 MDP) del presupuesto, está dirigido a la logística electoral, la capacitación y la promoción de la participación ciudadana, la fiscalización, el acceso a prerrogativas y administración de los tiempos del Estado en radio y TV, desarrollo de sistemas y servicios informáticos de soporte y seguimiento del proceso, difusión, promoción y monitoreo, así como a la integración y emisión de la lista nominal de electores.

 

El primer objetivo de la reforma electoral de 2007 era disminuir en forma significativa el gasto en campañas electorales, sin embargo, habríamos de cuestionar si un gasto de esta magnitud por parte de la autoridad electoral no resulta excesivo. Si bien su consolidación como organismo autónomo y su contribución a la vida democrática del país resultan fundamentales, será importante vigilar el uso de recursos públicos ejercidos por el organismo.

 

De forma que podamos avanzar hacia una cultura de mayor rendición de cuentas es necesario reflexionar alrededor de la justificación y razón de ser de éstos y cada uno de los gastos públicos.

 

* Abogada egresada del ITAM, asistente de investigación en Contorno Centro de Prospectiva y Debate.

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