La década pasada, con las administraciones de los ex gobernadores Tomás Yarrington y Eugenio Hernández, Tamaulipas experimentó un incremento sostenido en su incidencia delictiva, herencia que no ha podido ser revertida por el gobierno estatal actual y que incluso ha continuado agravándose.

 

Por lo menos eso es lo que indican las cifras oficiales sobre incidencia delictiva de la propia Procuraduría General de Justicia del Estado para el periodo en que ostentaron el poder los referidos ex mandatarios priistas, quienes actualmente son investigados por presuntos nexos con el crimen organizado.

 

En términos generales, los datos obtenidos a través del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), evidencian que de 1999 al 2010, los delitos del fuero común crecieron 25% aproximadamente, los homicidios dolosos mostraron un alza del 68%, y los secuestros pasaron de ningún caso a 47 tras una década.

 

En cambio, los delitos del orden federal,  entre los que se encuentran todos los relacionados con posesión o distribución de drogas, han mostrado un comportamiento más intermitente, con un descenso durante la mitad de la década pasada y un repunte en los últimos años.

 

Tomás Yarrington Ruvalcaba encabezó el gobierno de Tamaulipas en el periodo de 1999 al año del 2004, mientras que Eugenio Hernández Flores lo hizo del 2005 al 2010.

 

Los registros del SNSP revelan que 1998, año previo al gobierno de Yarrington, Tamaulipas cerró con 38 mil ilícitos del fuero común, entre ellos 428 homicidios dolosos o premeditados. Ese año no se inició ninguna averiguación previa por el delito de secuestro.

 

Poco más de una décadas después, en el 2010, Tamaulipas concluyó con 47 mil  633 ilícitos del fuero común, de los cuales 721 fueron homicidios dolosos, y además, se contabilizaron en total 47 casos de privación ilegal de la libertad

 

Es decir, en 10 años el estado incrementó su balance anual casi 10 mil ilícitos, elevó por encima dela mitad su índice de crímenes y además informó de casi medio centenar de plagios cuando antes no se registraba ninguno.

 

Por lo que hace al sexenio de Yarrington, desde su primer año la cifra de delitos del fuero común, es decir los homicidios, robos, violaciones, extorsiones y secuestros, se elevaron por encima de las 40 mil averiguaciones anuales. El índice siguió incrementándose hasta rebasar la barrera de los 50 mil  ilícitos durante su último año completo de gobierno.

 

También los secuestros comenzaron a aparecer en los registros de la Procuraduría estatal con Yarrington, llegando a registrarse hasta 13 casos en un año. Situación contraria ocurrió con los homicidios dolosos, que según la cifra oficial, se mantuvo todo el sexenio por debajo de los 400 casos.

 

Respecto a la administración de Hernández, la tendencia delictiva se mantuvo por encima de los 50 delitos todos los años con excepción del último, cuando cerró con 47 mil 633 averiguaciones previas iniciadas.

 

Los homicidios dolosos se dispararon en el 2010, último año de gobierno del candidato priista, registrándose más de 700 casos en el año. También se contabilizaron 47 averiguaciones previas por secuestro.

 

Desde la perspectiva nacional, Tamaulipas ocupó la posición número nueve en delitos del fuero común  en 1998, y una década después, pese al incremento de los ilícitos, fue desplazado al sitio número 13, según las cifras del SNSP.

 

Donde sí hubo un avance negativo fue en la comparación de los homicidios, pues la entidad federativa avanzó en una década de la posición 12 a la nueve a nivel nacional, mientras que en secuestros escaló desde el sitio 30 hasta el número ocho en el país.

 

Por lo que hace a la tendencia por delitos federales, Tamaulipas presentó una curva estadística durante la última década, llegando a descender durante la primera mitad hasta debajo de las dos mil averiguaciones anuales, pero luego elevándose y cerrando el 2010 con tres mil 500 casos en sus ministerios públicos federales.

 

Con Torre Cantú

 

El 2011, primer año de la administración del actual gobernador de Tamaulipas, Egidio Torre Cantú, cerró con la misma tendencia delictiva al alza que le heredaron sus antecesores, tanto en los delitos del fuero común como en los del fuero federal.

 

En ese periodo se registraron un total de 48 mil delitos del fuero común, casi mil más que el 2010, mientras que se registraron en total 855 homicidios dolosos. Los secuestros incluso se dispararon, pues pasaron de 47 a 129 casos.

 

Los delitos federales también evidenciaron un avance importante luego de que el 2011 cerró con 5 mil 231 averiguaciones, es decir, más de mil 500 casos más que en el último año del gobierno de Hernández Flores.