De cara a la cumbre del Grupo de los 20 (G20), a efectuarse los días 18 y 19 de junio en Los Cabos, México; los líderes de las economías más grandes del mundo se pronunciaron a favor de que se adopten medidas que contrarresten el riesgo de los desastres naturales como parte de las políticas de desarrollo.

 

Mediante un comunicado, el Banco Mundial aseguró que durante el 2011 se registraron pérdidas monetarias ocasionadas por desastres naturales de hasta 380 mil millones de dólares.

 

Asimismo, dice el organismo internacional, ningún país está exento de padecer este tipo de fenómenos naturales, por ello advirtió la necesidad de “diseñar enfoques más activos en materia de gestión de riesgos y adoptar decisiones más fundadas para evitar el surgimiento de nuevos riesgos”.

 

Según la información emitida, en una reunión vinculada a la cumbre del G20, México y el Banco Mundial revelaron un informe conjunto titulado “Mejorar la evaluación de riesgos de desastres para robustecer la capacidad de adaptación financiera”.

 

En dicho estudio se establecen los lineamientos en que el G20, el Banco Mundial y otros sectores asociados pueden guiarse en coordinación con autoridades nacionales y locales en relación con los desafíos de los desastres naturales y sus repercusiones monetarias y humanas.

 

“El reporte ‘La mejora de la Evaluación de Riesgos de Desastres para Fortalecer la Capacidad de Recuperación Financiera’ constituye el primer entregable bajo la agenda G20 de administración de riesgos de desastres”, señaló José Antonio Meade, secretario de Hacienda.

 

Se agrega en el comunicado que “El G-20 reconoce la urgente necesidad de integrar la consideración del riesgo en todos los niveles de planificación del desarrollo, para robustecer la capacidad de adaptación financiera de las comunidades y las economías nacionales”.

 

Por su parte, Robert B. Zoellick, presidente del Grupo del Banco Mundial, dijo que “Cuando sobrevienen desastres naturales percibimos la tragedia del sufrimiento humano, pero los efectos menos visibles pueden ser igualmente devastadores para las personas”.

 

“Los impactos económicos de los desastres pueden volver a sumir en la pobreza a las personas y comprometer programas para los pobres, al obligar a los gobiernos a distraer recursos financieros. Todos debemos aprender de las experiencias de otros países y a la vez promover intercambios de conocimientos que contribuyan a crear capacidad de adaptación en todos los sectores de una economía”, añadió.

 

De los miembros del G-20, 15 ya refrendaron su compromiso: Alemania, Argentina, Australia, Brasil, Chile, China, Colombia, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, México, Reino Unido, República de Corea y Turquía, además de la OCDE.