La mañana fue para los candidatos al gobierno de Jalisco. Ellos tuvieron su debate a las 10 de la mañana, en el mismo lugar en que 10 horas después lo harían los aspirantes a la Presidencia de la República. Así que la chorcha matutina fue para ellos: Aristóteles Sandoval, del PRI; Enrique Alfaro, de Movimiento Ciudadano; Fernando Guzmán, del PAN; Fernando Garza, del PRD, y Ángeles Martínez, de Nueva Alianza.

 

¿Qué fue lo que más se comentó? Pues la enojada que se puso el priista luego de que Alfaro le respondió que en Tlajomulco, efectivamente, se desmantelaban narcolaboratorios, en cambio en Guadalajara no: “¿Será porque aquí los protegen?”.

 

Ese fue el momento en que Aristóteles perdió la compostura. Dejó totalmente de lado el tema que le tocaba abordar (Desarrollo urbano), y empezó a responderle al de Tlajomulco, señalándole que era “lamentable” que hurtara triunfos del Ejército mexicano, que cómo era posible…

 

Por ahí iba, cuando el moderador le llamó la atención por no entrar al tema requerido, le bajaron el sonido al priista y ¡hasta de la pantalla lo sacaron!, por no entrar en materia. Así que el priista tuvo que dejar para otra ocasión su enojo y el resto de su respuesta y ponerse a hablar de otra cosa.

 

El caso es que al concluir el debate, ese era el tema de conversación entre la gente que siguió el debate: que si se puso rojo del coraje Aristóteles, que si se le fue el tiempo por contestar provocaciones, que si se le hinchó el cuello y hasta tuvo que aflojarse la corbata… Pero el que realmente disfrutó lo sucedido era Enrique Alfaro, el propiciador del momento incómodo para el del tricolor. Tanto, que horas después nos comentaría con una sonrisa: “Por primera vez le despeiné el copete” a Aristóteles.

 

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REGLAS DURAS EN JALISCO.- Vaya que son severos los jaliscienses con sus reglas, por lo menos en esas que impusieron para el debate entre los suyos.

 

Incluso, para que no quedara duda de ellas (como ocurrió en el debate anterior) esta vez fueron leídas por el moderador antes de comenzar la primera ronda: no se permitía presentar elementos audiovisuales; tenían prohibido “hacer señas obscenas”; tampoco se permitían diatribas ni difamaciones que pudieran afectar a partidos o candidatos; se les recordaba que tenían que centrarse en el tema a discusión señalado por el moderador y si no lo cumplían, éste los reconvendría. De no hacer caso, el candidato en cuestión sería silenciado, sacado de la pantalla e incluso podría ser expulsado del debate.

 

Así como lo ven y lo oyen. Esas eran las reglas en el debate entre los candidatos a la gubernatura jalisciense. Y poquito le faltó al priista para recibir la tarjeta roja por “calentarse”.

 

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LOS PRESIDENCIALES EN LO SUYO.-  Y mientras esto ocurría en la perla tapatía durante la mañana, los candidatos a la Presidencia de la República andaban en lo suyo.

 

Josefina Vázquez Mota, del PAN, volvía a entrenar una vez más. Un último round antes del momento cumbre. En el hotel Westin, su equipo de logística preparaba la sala de prensa algo tardíamente pues se los entregaron con retraso porque había otro evento ahí. El lugar, por cierto, era muy oscuro.

 

Enrique Peña Nieto y los suyos se encontraban en el Hilton. Desde el día anterior los priistas tenían ya prácticamente a todos sus invitados. Unos llegaron por carretera, otros por avión. Cada quien se organizó su traslado. La sala de prensa, ¡enorme!, con todo tipo de servicio.

 

Andrés Manuel López Obrador apenas viajaría en el vuelo del medio rumbo a Guadalajara y estaría llegando para el atardecer al Victoria Express. En su caso no montarían sala de prensa. El candidato de las izquierdas llegaría con su esposa y sus hijos.

 

Y Gabriel Quadri, del Panal, ya andaba desde el sábado por estos rumbos. Tranquilo. Sin más.

 

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GEMAS.- Regalito de Enrique Alfaro para el panista Fernando Guzmán: “No le voy a contestar. Yo no soy el culpable de su tragedia electoral”.

 

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