En medio de aplausos y de expresiones como ¡bravo! y ¡adiós maestro!, el cuerpo del fotógrafo mexicano Héctor García (1923-2012) abandonó el Palacio de Bellas Artes, tras el homenaje de cuerpo presente que le rindieron hoy familiares, amigos y autoridades del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
Luego de dos horas, el cuerpo del artista de la lente es llevado a una agencia funeraria situada en el sur de esta ciudad, donde en punto de las 16:00 horas será cremado y sus cenizas depositadas en la Fundación “Héctor García”, en la colonia Narvarte.
Héctor García Sánchez, hijo del fotógrafo, agradeció las muestras de cariño de parte del gremio fotográfico que se dio cita en el recinto de mármol y agregó que su padre será incinerado por la tarde.
En el homenaje “íntimo” se dieron cita familiares, la secretaria de Cultura del Distrito Federal, Nina Serratos; el fotógrafo Francisco Mata Rosas y la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Consuelo Sáizar.
Rodeado apenas por dos coronas y unos cuantos arreglos florales, el ataúd del artista de la lente recibió playeras, flores y una cámara fotográfica, que le fue colocada por el hijo del extinto creador, Héctor García Sánchez, quien de esa manera le rindió un pequeño tributo y lo despidió.
A diferencia de otros homenajes de cuerpo presente en el Palacio de Bellas Artes, donde se ha cancelado toda actividad ajena al homenaje, en esta ocasión las puertas del recinto permanecieron abiertas para que decenas de personas que hacían larga fila desde la explanada ingresaran a visitar la exposición del artista colombiano Fernando Botero.
Uno a un, ingresaron y desde el primer piso del recinto, miraron el féretro del artista de la lente, quien a su vez recibía guardias de honor de amigos y colegas del gremio fotográfico.
Decenas de curiosos preguntaban ¿quién era el muertito?, mientras familiares y amigos recibían el pésame y el féretro salía del máximo recinto cultural del país, para ser llevado a la agencia funeraria de la calle de Félix Cuevas, donde será cremado y entregado a sus deudos.
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