PARÍS. El presidente electo de Francia, François Hollande, dijo que es consciente de que en su nueva responsabilidad no puede esperar que la prensa tenga condescendencia con él, porque en esa relación “no hay piedad” y es normal que así sea.

 

 

Hollande, en un discurso informal y distendido ante periodistas que han seguido su campaña electoral en el que fue su cuartel general de París, avanzó que sus relaciones con la prensa “estarán ahora más codificadas”.

 

En un tono frecuentemente cargado de ironía, el político socialista señaló que sabe que de parte de los periodistas no puede “esperar nada”, pero también lo asumió, porque no puede ser de otra manera.

 

A unas horas de su investidura que tendrá lugar hoy, insistió en que tiene “una gran estima por (la) profesión” de periodista, que “es un oficio amenazado que hay que conservar”, y recordó que hace años había trabajado como cronista del periódico Le Matin de París, poco después desaparecido.

 

Hollande no dio ninguna pista sobre la conformación de su Gobierno, que se dará a conocer entre hoy y mañana cuando llegará el turno del relevo de los titulares de todas las carteras.

 

Se limitó a constatar que tiene en las próximas semanas una “agenda bien nutrida” en la escena internacional, que se inicia hoy mismo por la tarde con su viaje a Berlín para entrevistarse con la canciller alemana, Angela Merkel, y luego a Estados Unidos, el fin de semana para participar en las cumbres del G8 y de la OTAN.

 

A ese respecto, comentó que “los franceses eligen a un presidente por razones de política interior”, pero luego éste también tiene que ocuparse de la política exterior.

 

Hollande recordó algunos de los momentos de su campaña, como “grandes mítines con imágenes cuidadas”, y señaló que en sus desplazamientos por Francia “lo que más le preocupó son los barrios separados, los lugares olvidados”, y evocó algunos en los que los únicos espacios de vida social son un café o una farmacia.

 

También hizo alusión a que la última vez que había estado en el Palacio del Elíseo, donde se hará hoy por la mañana el traspaso de poderes con el presidente saliente, Nicolas Sarkozy, fue en el verano de 2008 por las consultas políticas lanzadas por éste para la reforma de la Constitución.

 

Previamente, había estado en el Elíseo sobre todo en los primeros años del mandato del presidente socialista, François Mitterrand (1981-1995).