De los 901 millones de cuentas en Facebook registradas ahora, una le pertenece a Ignacio Zaragoza. En su actualización de estado, ayer, el general anunció su llegada a Puebla para inspeccionar la fortificación de los fuertes de Loreto y de Guadalupe, previendo que el ataque francés se produzca el 6 de mayo.

 

Zaragoza se unió a la red social el 20 de abril de 2009, y desde entonces ha compartido los acontecimientos previos a la batalla del 5 de mayo.

 

Pero además de Facebook, donde el general responde –a través de un historiador- las preguntas y comentarios de los visitantes, el general está presente en los billetes de 500 pesos, tiene una calle en cada ciudad del país y es símbolo de la mexicanidad, por lo menos entre quienes residen en Estados Unidos.

 

Ignacio Zaragoza nació el 24 de marzo de 1829 en la Bahía del Espíritu Santo, Texas, cuando este estado todavía formaba parte del territorio mexicano.

 

Antes de ingresar a la milicia, estuvo en un seminario donde descubrió que no tenía vocación sacerdotal, por lo que en 1860 decidió convertirse en soldado aunque no tenía la formación, sino que fue escalando por sus habilidades y siempre combatiendo al lado del presidente Benito Juárez a favor de los liberales.

 

Antes de la invasión, había sido jefe del estado mayor del ejército cuando la batalla de Calculalpan y también ministro de guerra del gobierno federal.

 

En enero de 1862 comenzó el drama personal del general. El día 13 de ese mes su esposa falleció, dejándole una pequeña niña de dos años.

 

Pese a esto y ante la inminente guerra contra los franceses Juárez lo nombró comandante de las fuerzas armadas para enfrentar a los invasores y salvar la soberanía de la nación.

 

“Fue una vida muy trágica, tenía 33 años. Acababa de morir su esposa, tenía una niñita que dejo huérfana, gana la batalla y a los pocos meses se muere. Es una vida muy intensa. Y el hombre seguramente estaba en un trance anímico muy singular, entonces seguramente se dedicó a organizarse y prepararse para la batalla con una entrega absoluta y total”, narró José Manuel Villalpando, director del INERHM.

 

La tragedia personal culminó el 8 de septiembre de ese año. Después de contagiarse de tifoidea murió de manera repentina. “Es una historia humana más interesante que decir que nada más era un héroe. No, era un héroe con un profundo dolor humano que era el dolor de la viudez”, puntualizó Villalpando.