Parecía “volver al pasado”, el auditorio del PRI, los trabajadores de la CTM y la CTC, los banderines afuera y la conmemoración del Día del Trabajo, pero sin duda el momento del mayor regreso fue cuando Joaquín Gamboa Pascoe tomó la palabra.

 

El octogenario líder sindical que llegó a la secretaría general de la Confederación de Trabajadores de México después de Leonardo Rodríguez Alcaine, y quien además preside el Congreso del Trabajo, tuvo varios lapsus y olvidos, pero también dejó al auditorio al borde de la gresca.

 

En su discurso estuvo a punto de olvidar al partido que apoya, ya que dijo que la clase obrera es miembro “del partido…del…del partido…Revolucionario Institucional”.

 

Ahora sí hubo un presídium grande con todos los líderes obreros, quienes pacientemente esperaron los 45 minutos que llegó tarde el candidato Enrique Peña Nieto.

 

El discurso de Gamboa Pascoe agradeció que “hayan recibido a los trabajadores en su casa con calidad y simpatía”.

 

También en una clara adulación a la Central que encabeza dijo que en el año de 2009 la economía estuvo a punto de llevar al desgajamiento al país, la actitud responsable de los trabajadores, muchos de los cuales dejaron de revisar sus contratos, muchos de los cuales aceptaron rebajas en sus salarios, muchos de los cuales se privaron de circunstancias que no se han repuesto, pero que sirvieron para que las empresas sobrevivieran. Los empresarios reconocen que la CTM evitó el hundimiento de la industria y comercio del país,

 

También afirmó que fue la primera que se comprometió con el candidato presidencial priista y este tipo de frases fueron calentando los ánimos de los integrantes de la Confederación de Trabajadores y Campesinos (CTC), quienes en los momentos de los lapsus, como cuando quiso recordar el año de la crisis en 2009 y se trabó, chiflaban y coreaban sus consignas,

 

Los ánimos de los cetemistas se fueron enardeciendo y el discurso de Gamboa Pascoe terminó entre gritos y rechiflas, que se detuvieron de inmediato, cuando Beatriz Paredes tomó la palabra.

 

En su discurso el candidato de la coalición Compromiso por México, Enrique Peña Nieto, pidió a los trabajadores que el primero de julio lo apoyen para lograr el cambio, porque señaló que ésta no es una elección más sino la posibilidad de llevar a México al cambio de rumbo que repercuta en una mejor calidad de vida.

 

Ofreció una alianza con la clase trabajadora bajo la premisa de seguridad social para todos, que implica salud, seguro de desempleo temporal, seguro de riesgos de trabajo y pensión a jubilados.

 

Se comprometió a ser el presidente de los trabajadores del país y a atender las condiciones de pobreza que se han agravado en los últimos sexenios.

 

Por la tarde, el candidato priista se reunió con representantes de las iglesias evangélicas, a quienes les externó su compromiso “a favor de la vida” y les ofreció apertura y una relación con todas las religiones sin tener preferencia con una sola.

 

Esto a pesar de su gran cercanía con al Iglesia católica con la que ha tenido muchas reuniones en los distintos estados del país.

 

Al salir de la comida privada, Peña Nieto  manifestó que participará en el debate con las reglas que fijó la autoridad electoral.