Llegamos otra vez a las campañas presidenciales, como cada seis años desde 1934. El interés por México se incrementa en los Estados Unidos y las invitaciones a dar pláticas se multiplican. Las preguntas que no faltan: ¿Cómo están las preferencias? ¿Quién es el favorito? ¿Cuáles son las encuestas más confiables?

 

Para quienes nacieron después de 1975, probablemente estas preguntas no hagan sentido. Para ellos las encuestas son parte de su experiencia cotidiana y basta leerlas para saber esas respuestas. Para quienes nacimos antes de esa fecha la respuesta no es tan directa. Hay tres o cuatro aspectos a considerar.

 

Primero: ¿Qué es mejor: ver la última encuesta o seguir las tendencias de una serie? Sin duda es mejor ver una tendencia (la película) que una sola encuesta (la fotografía).

 

Segundo: ¿Qué es mejor: seguir a un encuestador o a todos? Muchos centros de análisis y consultoría tienen la posibilidad de seguir a todos. Pero esto no es una posibilidad real para el lector común. Tampoco se obtiene necesariamente una idea más precisa que la que se consigue siguiendo a las dos o tres mejores firmas.

 

Tercero: ¿Cómo se puede encontrar un criterio neutral y objetivo para calificar a los encuestadores? Los analistas se empiezan a hacer esta pregunta y a ofrecer ejercicios de calificación. Será una buena tarea para el capítulo mexicano de la Organización Mundial de Encuestadores (WAPOR). Mientras esa calificación se realiza, le ofrezco al lector mi propia fórmula.

 

Dada la importancia que las encuestas representan para los partidos y candidatos, es natural que todos ellos encarguen estudios a las firmas existentes. También es natural que esos partidos y candidatos sólo publiquen los resultados cuando les son favorables. No así, cuando les son desfavorables.

 

Evidentemente el público no tiene forma sencilla de saber quién es el patrocinador de cada encuesta que se publica. Dado que por lo general el patrocinio indebidamente no se revela. La excepción son los periódicos Reforma y El Universal que tiene sus propios departamentos de investigación.

 

En un cuadro que tengo a la vista, observo las tendencias para los tres partidos principales tomadas de 52 encuestas nacionales en los pasados 24 meses. Dicha tendencia coincide con la encuesta que publicó Reforma el pasado 28 de marzo: Peña 45%, Vázquez Mota 32% y López Obrador 22%.

 

Cuarta y última consideración: ¿Así de holgado será el resultado de la votación el 1° de julio? Difícilmente. Las campañas cuentan y el desempeño de los candidatos y sus partidos es muy importante para ganar el voto del electorado. Hace seis años López Obrador tenía una ventaja igual de amplia al inicio de las campañas, misma que paulatinamente se fue cerrando.

 

En las próximas semanas habrá que ver la reacción del público al primer debate televisivo. El ciudadano tiene ya afortunadamente la última palabra.

 

* Profesor de la Escuela Fletcher, Universidad de Tufts, Boston, MA. Presidente fundador de Este País y presidente de WAPOR (1998-2000). mbasanez@gmail.com