BUENOS AIRES. Argentina conmemora hoy el trigésimo aniversario de la guerra con el Reino Unido en las Malvinas, en medio de tensiones con Londres por el antiguo litigio de soberanía de las islas, situadas en el océano Atlántico, frente a las costas suramericanas.

 

La conmemoración reivindicativa de la soberanía en las Malvinas, en la que históricamente coinciden todos los partidos políticos argentinos, comenzó ayer por la noche con una “marcha de antorchas” por el centro de Buenos Aires.
La marcha dio paso a una vigilia frente al “Monumento a los caídos”, que se levanta en la Plaza San Martín, en el norte de la ciudad, en honor a los 649 muertos argentinos en el conflicto con los británicos, y también se desarrollaron actos similares en otras grandes ciudades.

 

Una caravana de veteranos de la guerra que partió hace semanas de la localidad de La Quiaca, en el extremo norte del país y fronteriza con Bolivia, concluirá hoy un recorrido de 5 mil kilómetros con su llegada a la ciudad Ushuaia, donde la presidenta argentina, Cristina Fernández, encabezará el acto central de recordación.

 

Acompañada por altos cargos de su gobierno, Fernández inaugurará un cenotafio con una “llama eterna” para recordar a los caídos en la guerra en la Plaza Islas Malvinas, de Ushuaia, la ciudad más austral del mundo y capital de la provincia de Tierra del Fuego, cuya jurisdicción abarca al archipiélago en disputa con el Reino Unido.

 

Al calor de la ofensiva diplomática desplegada en los últimos años por Argentina, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) pedirá a las ONU que “promueva el diálogo” entre argentinos y británicos para dirimir la soberanía de las islas, negociación a la que Reino Unido se opone tajantemente.
La guerra de las Malvinas estalló el 2 de abril de 1982, cuando unos 900 soldados argentinos desembarcaron en Puerto Argentino (Port Stanley), la capital de las islas situadas a unos 740 kilómetros al este de las costas suramericanas, y expulsaron a las autoridades británicas.

 

Los analistas coinciden en que el conflicto sirvió para que el gobierno conservador de Margaret Thatcher recuperara la popularidad entre los británicos mientras que en Argentina se constituyó en el principio del fin de una cruenta dictadura militar (1976-1983).

 

El 30 de marzo de 1982, cuando naves de guerra argentinas viajaban hacia las Malvinas, el resquebrajado régimen encabezado por el entonces general Leopoldo Galtieri había reprimido con violencia una huelga y una pacífica marcha hacia la Plaza de Mayo, frente a la sede del Gobierno, para reclamar el retorno de la democracia.

 

El mismo paseo histórico donde Galtieri había sido aclamado en manifestaciones populares fue escenario de grandes disturbios el 14 de junio de 1982, cuando las tropas argentinas se rindieron a las británicas.
El día de ayer se divulgó un informe donde se revela que el Reino Unido tendría dificultades para defender, reforzar o recuperar las islas Malvinas si Argentina decidiera ocuparlas otra vez por la fuerza como lo hizo hace treinta años.
El documento, hecho por la Asociación para la Defensa Nacional del Reino Unido (UKNDA, siglas en inglés), señala que las islas del Atlántico Sur están hoy en la situación más vulnerable desde el final del conflicto armado, el 14 de junio de 1982.

 

La UKNDA es una organización que evalúa la capacidad militar de las Fuerzas Armadas y defiende el bienestar de los militares.

 

“En circunstancias favorables, el despliegue de más soldados y de una adecuada fuerza de guerra llevaría aproximadamente una semana”, dice el texto.
En una situación así, los británicos tendrían que retener la base aérea de Mount Pleasant, a las afueras de la capital Puerto Stanley, durante una semana para dar tiempo a la llegada de refuerzos, señala la UKNDA, que recuerda la falta de armamento del Reino Unido.