En su segundo día de actividades en México y después de sostener una reunión privada con el presidente Felipe Calderón y su esposa Margarita Zavala, Benedicto XVI emitió un mensaje en la Plaza de la Paz, donde hizo énfasis en salvaguardar a los infantes de nuestro país.

 

“Yo rezaré por ustedes, para que México sea un lugar en el que todos sus hijos vivan con serenidad y armonía”, dijo a la concurrencia a las afueras de la  Casa del Conde Rul.

 

“Ustedes ocupan un lugar muy importante en el corazón del Papa y en estos momentos quisiera que esto lo supieran todos los niños de México, particularmente los que soportan el peso del sufrimiento, el abandono, la violencia o el hambre que en estos meses a causa de la sequía, se ha dejado de sentir fuertemente en algunas regiones. Gracias por este encuentro de fe por la presencia festiva y el regocijo que han expresado”, agregó.

 

Desde del balcón de la Casa del Conde Rul el Papa ofreció su segundo mensaje en México y señaló que su familia, la iglesia, la escuela y quienes tienen responsabilidad en la sociedad deben trabajar unidos para que ustedes puedan recibir como herencia un mundo mejor, sin envidias ni divisiones.

 

“Deseo elevar mi voz invitando a todos a proteger y cuidar a los niños, para que nunca se apague su sonrisa, puedan vivir en paz y mirar al futuro con confianza, ustedes mis pequeños amigos, no están solos, cuentan con la ayuda de su Iglesia para llevar una vida cristiana”, destacó.

 

Previo a su reunión de carácter privado con el presidente Felipe Caldeón, Benedicto XVI  recibió  las llaves de la capital guanajuatense por parte del alcalde Edgar Castro Cerrillo, en ceremonia atestiguada por el gobernador Juan Manuel Oliva Ramírez.

 

 

Benedicto XVI, hablo a los niños de un mundo mejor, sin envidias ni divisiones, inclusive les dijo que desde la familia, la iglesia, la escuela y todos los que tienen una responsabilidad social, deben trabajar unidos para heredarles un mundo mejor.

 

“Deseo elevar mi voz invitando a todos a proteger y cuidar a los niños, para que nunca se apague su sonrisa, puedan vivir en paz y mirar al futuro con confianza, ustedes mis pequeños amigos, no están solos, cuentan con la ayuda de su Iglesia para llevar una vida cristiana”, destacó.

 

Mientras que les pidió que hagan el bien y siempre amen a todos, cada niño dijo es un regalo de Dios para México y el mundo.

 

“Quisiera quedarme más tiempo con ustedes, pero ya debo irme, los invito a rezar continuamente, también en casa, así experimentarán la alegría de hablar con Dios en familia, recen por todos, también por mí. Yo rezaré por ustedes, para que México sea un lugar en el que todos sus hijos vivan con serenidad y armonía”, concluyó.