El número de muertos por la serie de explosiones en un depósito de municiones en Brazzaville, capital de la República del Congo, se elevó a 206 personas y el de heridas a mil 500, reportaron hoy medios de prensa congoleños.

 

El presidente del país africano, Denis Sassou Nguesso, exhortó a sus conciudadanos a regresar a sus hogares para evitar saqueos tras la explosión en el depósito de armas que provocó la salida masiva de residentes cercanos al estallido.

 

Según un reporte de las autoridades, tras celebrar una reunión de urgencia, un cortocircuito que a su vez provocó un incendio en un depósito de municiones parece ser la causa de la cadena de explosiones.

 

El jefe de protocolo de la Presidencia, Betu Bangana, señaló que muchos edificios cercanos a la zona de la explosión (un radio de cinco kilómetros) quedaron destruidos y varias ventanas de otros inmuebles situados en lugares más remotos se rompieron.
Didier Boutsindi, vocero de la Oficina Presidencial, anunció que un número incalculable de personas quedaron atrapadas en la colapsada iglesia de San Luis, además reconoció que será “imposible encontrar” a muchos de los cuerpos bajo las ruinas.

 

El principal foco del fuego está bajo control, aunque los equipos de bomberos continúan trabajando para sofocar por completo las llamas, según el Consejo de Ministros, que declaró el toque de queda en la ciudad.

 

Las explosiones de este domingo se escucharon al otro lado del Río Congo hasta Kinshasa, capital de la vecina República Democrática del Congo, cuyos militares ordenaron la salida de tanques y tropas a las calles, mientras hubo escenas de pánico, al pensar que estaban bajo ataque.