Los gobiernos de la Unión Europea (UE) firmaron hoy aquí su nuevo pacto fiscal para reforzar el rigor presupuestario, en un intento de volver al equilibrio y recobrar la confianza del mercado.

 

El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, señaló que las metas de déficit y deuda establecidos por el pacto son “objetivos intermediarios, no un blanco en sí mismo”.

 

“Los efectos de ese pacto serán profundos y duraderos. (El acuerdo) ayudará a prevenir la repetición de la crisis de la deuda soberana y reforzará la confianza entre los países miembros, lo que es políticamente importante”, afirmó durante la ceremonia de firma.

 

“La restauración de la confianza en el futuro de la zona del euro resultará en crecimiento económico y empleos. Este es nuestro objetivo final”, destacó Van Rompuy.

 

Participan del acuerdo 25 países de la mancomunidad, con la única excepción de Reino Unido y República Checa, pero la decisión de Irlanda de someter la ratificación del texto a referéndum ha tornado incierta su adhesión.

 

Los irlandeses ya han rechazado en el pasado dos acuerdos europeos, los tratados de Niza y de Lisboa, que acabaron siendo aprobados en una segunda votación.

 

Sin embargo, este pacto fiscal no depende de la unanimidad: podrá en vigor tan pronto lo hayan ratificado doce de sus signatarios, lo que se espera que ocurra hasta el final del año.

 

Los países que no lo hagan no tendrán derecho a beneficiarse de los fondos de rescate europeos en caso de problemas financieros.

 

El acuerdo, impulsado por Alemania, obliga a los participantes a incorporar en su Constitución la llamada “regla de oro”, destinada a limitar el déficit estructural anual al 0.5 por ciento del PIB y a implementar un mecanismo automático de corrección de los desvíos de los objetivos del déficit.

 

También establece sanciones automáticas para aquellos que superen el límite del 3 por ciento del PIB en el déficit público a corto plazo o del 60 por ciento del PIB en la deuda.

 

No obstante, los gobiernos nacionales podrán desviarse de esos objetivos en “circunstancias excepcionales”, como una “severa contracción económica”.

 

Los socios del euro celebrarán al menos dos cumbres de jefes de Estado y de gobierno al año para tratar de sus problemas específicos. (Notimex)