Los socialistas españoles desaprovecharon la ocasión para detonar cambios en el rumbo generacional de su liderazgo. Alfredo Pérez Rubalcaba, coetáneo biológico e ideológico de Felipe González, y de sus circunstancias (GAL, Filesa, ETA y un moderado etcétera), se encargará de hacerle oposición a Mariano Rajoy en tiempos bajos de España y Europa después de haber permanecido en el PSOE como un eterno número dos. Frente a Rubalcaba se encontraba Carme Chacón, catalana de 41 años, fue ministra de Vivienda y Defensa en tiempos de Zapatero. Rubalcaba ganó las internas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el pasado sábado, por tan solo 22 votos (487 frente a 465). ¿Qué sucedió?

 

La campaña para Chacón fue demasiado corta. Para Rubalcaba, muy larga. Chacón se equivocó. Lanzó dardos a Rajoy cuando la guerra era amiga, es decir, interna. Rubalcaba, a priori, tenía en su espalda el golpe de Rajoy (en las presidenciales). Llevaba las de perder. Sin embargo prefirió navegar por la ruta menos vulnerable (ni la oigo ni la escucho).

 

También funcionó la operación política que los dinosaurios (en España utilizan un eufemismo, los barones) implementaron en el campo de las negociaciones. En especial Felipe González. Ese personaje atractivo que prefirió mutar en dinosaurio en lugar de labrar su perfil como el líder histórico que llevó a España a la Unión Europea…en 1986.

 

Algo más, Chacón tuvo en su equipo de campaña, a gente ligada a Zapatero, un malasuerte en tiempos canallas. Contra lo que podría parecer extraño, Rubalcaba y su equipo se mantuvieron inquietos durante los dos gobiernos del Zapatero. Sigilosos y cercanos pero, al mismo tiempo, críticos en zonas discretas. Rubalcaba sabía muy bien que su misión frente a Rajoy no era ganar las elecciones legislativas, sino amortiguar lo más posible la derrota para que, después, quedar al frente del PSOE. Así sucedió. Quien observó el debate televisivo lo pudo constatar. Rubalcaba trató como presidente al candidato Rajoy.

 

Pérez Rubalcaba es un hombre del siglo XX. Su perfil es ajeno a la Europa de la crisis del euro y al gobierno de los tuits; su experiencia maduró durante los peores años del felipismo. Durante años habitó el sótano del poder, en particular conoció a fondo el nacimiento, desarrollo y muerte del Grupo Antiterrorista de Liberación (GAL), grupo parapoliciaco creado exprofeso para matar etarras. También le es familiar el caso Filesa (la creación de empresas fantasma), escudo electoral que estuvo a disposición del partido en épocas de Felipe González.

 

La España de Rubalcaba no es la España de los tiempos de Felipe González. Menos soberanía y más tecnocracia será la receta que se verá obligado a implementar Rajoy. Rubalcaba será llevado (por Rajoy) al laberinto de Bruselas donde tanto le ha gustado jugar a Felipe González. El dilema será claro: ¿Más o menos Europa? La actual (Europa) está controlada por Merkel. El propio Rajoy ha rebasado los pedimentos eurocráticos de Bruselas, en particular, el que se refiere al déficit público igual a cero. ¿Qué posición tomará Rubalcaba?

 

Un componente de las soluciones de las crisis le corresponde al cambio generacional. Para las nuevas generaciones de españoles, el nombre de Carme Chacón les dice mucho más que los de Felipe González y Alfredo Pérez Rubalcaba.

 

Con la derrota de Chacón, la sonrisa de Rajoy se radicalizó. Frente a él, se encuentra el eterno número dos de los socialistas. Y como tal actuará.

 

 fausto.pretelin@24-horas.mx | @faustopretelin