Cynthia Vanier acusó al gobierno mexicano de tortura tras ser detenida por el gobierno mexicano por una supuesta conspiración para refugiar a Saadi Gadafi en un sitio turístico mexicano.

 

Entre las nueves denuncias por violación a los derechos humanos internacionales se encuentran las tortura, incomunicación y abuso policiaco, según publica CBS News.

 

Vanier, de origen canadiense, según informes del Cisen, supuestamente encabezó el plan para traer y ocultar al hijo del dictador Muammar Gadafi a México; fue contratada por una constructora canadiense para realizar un viaje a Libia, y evaluar las condiciones de los empleados y de los negocios de la compañía., según documenta el periódico National Post .

 

En las últimas horas un juez federal giró órdenes de aprehensión en contra de cuatro personas que se encontraban detenidas y arraigadas, luego de que presuntamente participaron en un plan para traer al país ilegalmente a Saadi Gadafi, hijo del extinto dictador libio Muammar Gadafi, y a varios de sus familiares.

 

Fuentes de la defensa de los inculpados informaron que la anoche se levantó el arraigo de casi 80 días al que estuvieron sometidos la canadiense Cynthia Ann Vanier, el danés Pierre Christian Flensborg, y los mexicanos Gabriela Dávila Huerta y José Luis Kennedy Prieto.

 

Las negociaciones para refugiar a Saadi  

 

Las misivas dejan en evidencia que la mujer, consultora y experta en temas de investigación y negociación en zonas de conflicto, viajó durante 10 días de julio a Trípoli, Libia, para cumplir el encargo de la mencionada compañía.

 

Al regresar de ese viaje, el cual realizó con Gary Peters, ex guardaespaldas de Gadafi y director de una empresa de seguridad privada, Vanier entregó un reporte en donde acusaba a las fuerzas rebeldes de diversas atrocidades, así como a la OTAN de bombardear blancos civiles.

 

Incluso la consultora afirmó que los campamentos de refugiados eran sostenidos por el régimen del dictador, el cual les proveía de la comida, ropa y víveres necesarios. Cabe señalar que otros investigadores que viajaron en ese tiempo a Libia, reflejaron una realidad distinta, detallando la manipulación de la información que efectuaba el régimen.

 

El 4 de agosto, SNC-Lavalin envió una carta a Vanier, firmada por Stephane Roy, un directivo de la empresa, en la que le agradecía el trabajo realizado y le expresaba el interés de continuar con su colaboración en asuntos relacionados con Libia.

 

Le detallaba además que su “amplia visión” de los hechos coincidía con lo reflejado por los empleados de la constructora en Libia, y le remarcaba la importancia de compartir públicamente “la verdad de lo que realmente estaba sucediendo”.

 

Otra carta más, fechada el 15 de agosto pasado, resumía las necesidades de la compañía en Libia, entre ellas el interés prioritario los contratos firmados con el régimen de Gadafi, fueran respetados por el nuevo gobierno de transición.

 

“De nuevo, estoy segura de que tus talentos de mediación nos garantizarán un regreso seguro al país”, indicó Roy en la misiva enviada a Vanier.

 

De acuerdo con la investigación del gobierno mexicano, los viajes realizados por la mujer fueron aprovechados para fraguar el plan mediante el cual se pretendía sacar de Libia a Saadi y trasladarlo a México.

 

Entrevistado por medios canadienses, Gary Peters confirmó que Vanier trabajó para la constructora mencionada, pero también reconoció que había un plan para trasladar al hijo del dictador de forma legal a México, el cual se abortó desde junio, cuando no se consiguió la documentación necesaria.

 

“Me parece que las autoridades mexicanas están confundidas con lo que realmente sucedió, e intentan conectar hechos que no tienen relación”, señaló en entrevista con el periódico canadiense.

 

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