CULIACÁN.- Los militares instalados en un retén militar tienen prohibido disparar, incluso a presuntos delincuentes, por lo que es falso que se registren ataques contra civiles en estos puestos de control, aseveró el general Moisés Melo García, comandante de la Tercera Región Militar, que comprende Sinaloa y Durango.

 

Durante una revisión a un retén sobre la carreta Culiacán-Los Mochis, el jefe militar sostuvo que la única función de este servicio es hacer cumplir la Ley de Armas de Fuego y Explosivos, así como disuadir a los grupos criminales y delictivos.

 

“El personal militar cuenta con un adiestramiento y las directivas que emite la Secretaría de la Defensa Nacional determinan que el personal militar hará uso de sus armas de fuego siempre y cuando sufran una agresión, la cual se determine que va directa hacia el personal militar y sólo se hará uso de las armas en defensa de la integridad física del personal, del material militar y vehículos.

 

“En un puesto de control que evita muchas cosas, (porque) es disuasivo, la población ve con beneplácito este tipo de servicios, se aseguran drogas, armas, explosivos y artificios. Eso de las agresiones contra civiles son un mito”, declaró.

 

Melo García sostuvo que es “prácticamente imposible” que pueda ocurrir una agresión contra civiles en un punto de control, debido a que el protocolo obliga a instalar cuatro señalizaciones previas, a los 100, 50, 25 y 10 metros, a fin de advertir a los automovilistas sobre el operativo de revisión.

 

Además, señaló, cada retén cuenta con trampas, de origen israelí, para detener cualquier tipo de vehículo.

 

“Sobre los encuentros contra delincuentes en un puesto de control, son difíciles, casi imposibles, contra civiles. Las medidas de seguridad, incluyendo las trampas, van disminuyendo los riesgos al personal militar y de cualquier enfrentamiento, y con el uso de las armas es sólo en caso de que esté en peligro la integridad del personal y de los civiles, pero no es contra ellos”, insistió.

 

Esta declaración se da en respuesta a las acusaciones de organismos nacionales e internacionales de derechos humanos, que acusan al Ejército de ejecuciones en retenes militares.

 

Apenas en noviembre pasado, Human Rights Watch acusó al Ejército de balear a cinco tripulantes de un auto el 5 de septiembre en Apodaca, Nuevo León, con saldo de dos muertos.

 

El operativo

El comandante de la Tercera Región Militar abundó que el Ejército cuenta con un importante número de puestos de control estratégicos, en los cuales se establecen 150 individuos a bordo de diferentes tipos de vehículos tácticos, distribuidos en un terreno de 200 y 300 metros, a fin de cubrir todo el perímetro de seguridad, con la finalidad de cumplir todos las normas nacionales e internacionales en materia de derechos humanos.

 

“Todo esto es para que la gente vea los señalamientos, al personal, tenga una revisión conforme a Derecho y con respeto a los derechos humanos. No son operativos sorpresa ni intercepciones sobre carretera. Buscamos que en ningún momento se violen los derechos humanos”, explicó.

 

En este punto de control participan dos unidades militares; es decir, 60 soldados de tropa, al mando de tres oficiales. Cada día revisan un promedio de 200 vehículos. En todo Sinaloa hay instalados cinco retenes y uno estratégico en Los Mochis.