Miguel Ángel Mancera Espinosa, candidato del Movimiento Progresista a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, fue reconocido a regañadientes por Adolfo Orive, delegado especial del Partido del Trabajo en la capital.

 

Sin embargo, Mancera recibió el aval del dirigente nacional del PT, Alberto Anaya, quien llamó a dejar atrás las pasiones y confió en que Orive se sumará al proyecto para que la izquierda refrende el triunfo en la ciudad de México.

 

Adolfo Orive, quien se inclinó desde el inicio del proceso interno del PRD por Alejandra Barrales y advirtió que vetaría la candidatura del entonces procurador ya que carecía de militancia izquierdista, acudió al acto protocolario del PT en el que ungirían a Mancera como el abanderado de las izquierdas en la ciudad.

 

Aunque intentó pasar desapercibido detrás de las cámaras que enfocaban el presídium, donde se encontraban Mancera, cobijado por Luis Walton, dirigente del Movimiento Ciudadano; Manuel Camacho Solís, coordinador del Diálogo por la Reconstrucción de México; y Dolores Padierna, secretaria general del PRD, pronto fue descubierto.

 

Personal del PT y los auxiliares de Anaya insistieron en más de una ocasión a Orive que se sumara al presídium, mientras Camacho Solís enunciaba las virtudes de Mancera: “un gran candidato que pudo crecer con una velocidad inusitada en un plazo muy breve por su excepcional desempeño en la Procuraduría”.

 

Ante la negativa de Orive vino el llamado público de Anaya: “al diputado Adolfo Orive le pedimos por favor que se pueda integrar al presídium”.

 

Éste endureció el rostro y enfiló a la mesa. No pudo evadir a Mancera, estrechó su mano fríamente y sonaron las palmas.

 

De inmediato Anaya le pidió al dirigente del PT en la ciudad mandar un saludo. El líder petista en la ciudad no dudó en recordarle a Anaya la deuda con los mexicanos a causa del neoliberalismo y le pidió tomar en cuenta la responsabilidad del Partido del Trabajo de tomar un camino de izquierda.

 

“Yo me comprometo en la medida que tú (Anaya) me permitas seguir siendo responsable del PT en el DF a que el PT va a seguir luchando por el camino de la izquierda”, sostuvo Orive.

 

Alberto Anaya no se inmutó y tras ensalzar a Mancera y hacerlo su candidato al gobierno de la ciudad, advirtió: “queda atrás la disputa, la pasión, en el buen sentido de la palabra, y hoy todos cerraremos filas, incluyendo nuestro amigo el diputado Adolfo Orive en torno al doctor Miguel Ángel Mancera para que sea el próximo jefe de Gobierno”.

 

Con la venia de Anaya, el ex procurador capitalino asumió el reto de luchar por dar solidez al proyecto presidencial de Andrés Manuel López Obrador y encaminar a la izquierda.

 

Ese compromiso ya no lo escucharía Orive, quien sin aspavientos huyó de la mesa donde los líderes de la izquierda le levantarían la mano a Miguel Ángel Mancera.