El 2012 será un año de ebullición política, no sólo por las elecciones presidenciales que se celebrarán en nuestro país, sino también por los procesos electorales en otras latitudes del mundo. Entre ellas destaca especialmente el proceso electoral de nuestro vecino del Norte. Al día de hoy, gran parte de la incógnita a la que se enfrenta ese país es la selección de un candidato republicano que pelee frente a los demócratas uno de los puestos más importantes del mundo: la Presidencia de los Estados Unidos. La lucha no es fácil y por ese motivo el partido busca minuciosamente a un candidato de peso que pueda hacer frente al actual presidente Barack Obama, quien ha caído de la gracia de los electores y ha debilitado su posición debido fundamentalmente a su programa de salud que ha sido fuertemente cuestionado, así como al alto índice de desempleo y la constante alerta de crisis financiera en Estados Unidos.

 

Las elecciones primarias de los republicanos están destinadas a durar seis meses, permitiendo que todos los estados que tienen el poder de decisión en el nombramiento de un candidato, lo hagan con calma. Sorprendentemente, puede ser que todo esto sea resuelto en días dado que pareciera ya haber un favorito entre las filas republicanas: Mitt Romney, ex gobernador de Massachusetts, quién derrotó a sus seis oponentes en las elecciones primarias al ganar por casi el doble de su rival más cercano y quien recientemente, tras la renuncia de Huntsman, tiene un sendero más libre y cómodo. Las encuestas pronostican la victoria para él en Carolina del Sur (la votación fue ayer sábado 21) y también en Florida, el día 31 de enero.

 

Incluso, si la carrera que hasta ahora ha librado se llegase a tambalear, le harán fuerte la recaudación de dinero lograda hasta ahora y la construcción de una enorme organización en torno a su persona y candidatura. Resulta a estas alturas muy probable el que Mitt Romney gane la nominación, entre otras cosas porque las encuestas sugieren que si lo hace tiene una verdadera oportunidad de derrocar al presidente Obama.

 

Aún así, Romney tiene mucho trabajo por hacer para lograr una victoria republicana. Especialmente en un momento en que muchos estadunidenses lo encuentran un poco enigmático y débil frente a temas de trascendencia, de un trato seco y cuadrado en público, y fuertemente cuestionado al ser un miembro comprometido de la religión mormona, tan poco conocida en el mundo. Romney deberá ser capaz de ofrecer a Estados Unidos una alternativa competente de centro-derecha que pueda contrarrestar la propuesta política y el proyecto de gobierno hasta ahora impulsado por Obama.

 

El probable candidato republicano cuenta con ciertas ventajas. En 2002 fue elegido para gobernar Massachusetts, un estado demócrata hasta ese entonces. Pasó una versión de la reforma de salud, que es a la vez su mayor logro y una de sus propuestas más importantes para su candidatura. En un sistema de política social de salud basado en obligar a todos a comprar un seguro privado, fue una idea conservadora y ampliamente criticada, por lo que Romney hizo un trabajo importante de negociación con una legislatura hostil para lograr su aprobación. Hoy en día, su partido se opone a las reformas de Obama en salud, que son muy parecidas al modelo de Romney, en un giro irónico para la política estadunidense.

 

Si bien existe una notoria preferencia por Mitt Romney, tras la renuncia a la candidatura republicana de Hunstman el pasado 16 de enero y el final declarado de las aspiraciones de Rick Perry, quedan aún tres aspirantes en la contienda.

 

Rick Santorum: uno de los favoritos de los socialistas conservadores. Es conocido por oponerse desde hace una década al derecho al aborto y al matrimonio homosexual. Fue estrella ascendente del Partido Republicano hasta ser derrotado en la reelección al senado en 2006, motivo por el cual no ocupa cargos políticos desde ese entonces y se dedica al periodismo, por lo que no es considerado como una de las cartas fuertes.

 

Newt Gingrich: Es uno de los favoritos del Tea Party, aunque no llega a convencer a toda la esfera republicana. Fue el orquestador de la victoria republicana en las elecciones legislativas de 1994. Tras su confrontación con Bill Clinton por el presupuesto, llevó al país a una parálisis gubernamental. Rick Perry ha cedido su aspiración a la candidatura y ha declarado su apoyo a este candidato.

 

Buddy Roemer: Ex gobernador de Louisiana, quien en 1980 ganó la legislatura por ese estado siendo demócrata. Antes de contender por la reelección, cambió de partido y fue derrotado. Actualmente es ejecutivo de banco y lleva alejado de la política casi dos décadas, cuestión que lo debilita.

 

 

*Psicólogo, asistente de investigación en Contorno, Centro de Prospectiva y Debate. dfigueroad@gmail.com