Autor de novelas, cuentos, obras de teatro, artículos periodísticos y relatos infantiles, Jorge Ibargüengoitia (1928-1983) fue un literato con alto sentido crítico, que exploró con sarcasmo fino y salvaje diversos conflictos propios de México.

 

La política, la burocracia, el uso del claxon, la muerte, la evolución del taco y la torta compuesta, son algunos de los temas que Ibarguengoitia trató en los artículos que escribió, recordó el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) , a propósito del 84 aniversario de su natalicio.

 

Oriundo de la ciudad de Guanajuato, Ibargüengoitia nació en un 22 de enero de 1928; su amplia visión critica hizo de cada uno de sus textos un “hito” para la historia de México; la manera como utilizaba su ágil prosa para diseccionar y destazar, para ridiculizar y poner en evidencia a sus personajes era su fórmula para dinamitar la historia y la realidad oficiales.

 

Su labor periodística, relata Conaculta, fue recopilada en “Instrucciones para vivir en México” , que deja de manifiesto que sus observaciones siguen vigentes, a pesar su fallecimiento acaecido en Madrid en el año de 1983.

 

Ejemplo de lo anterior, es el texto “El claxon y el hombre.¿Hablando se entiende la gente?” , en el que señala la forma como el mexicano utiliza esta herramienta del automóvil para dar a conocer su “estilo” , y es que relata el incidente que tuvo Ibarguengoitia con un señor que hacía un uso insistente del claxon para sacar el estrés de su vida cotidiana.

 

En “El Arauca vibrador. Psicoanálisis del que abusa del claxon” continúa tratando el tema y explica: “El defecto de los claxons radica precisamente en la característica que estimula su uso, y es la siguiente: el lenguaje del claxon es rudimentario e impersonal, pero estridente; no es posible ignorarlo, igual que el llanto de un niño” .

 

En este sentido, aseguró Ibarguengoitia, “así como es mucho más fácil dar un berrido que exponer un razonamiento, es mucho más fácil tocar el claxon que averiguar las razones que impulsan a uno a tocarlo y hacer una evaluación de las probabilidades de que el acto consiga el efecto deseado” .

 

El humor de Jorge Ibargüengoitia siempre fue un sello característico de su obra, algo que el mismo autor comentó en alguna ocasión:

 

“Yo creo que he sido un escritor cómico, pero no soy burlón. La burla supone algo de odio o de crueldad, o de desprecio. Generalmente trato de escribir sobre algo que me produce cierta simpatía”.

 

Otro tema relevante en su obra es la comida, asunto que analizó en “Tecnología Mexicana. Evolución del taco y de la torta compuesta” , donde relata la “historia” de estos manjares de la gastronomía mexicana y su impacto en la sociedad, hecho que lo llevó a calificar al taco sudado como el “Volkswagen de los tacos: algo práctico, bueno y económico” .

 

La vocación de escritor le llegó tras un encuentro accidental con una puesta en escena de Salvador Novo, que le hizo dejar la carrera de ingeniería, impuesta por las mujeres de su familia, para ingresar a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) , donde estudió bajo la tutela del dramaturgo Rodolfo Usigli.

 

Aunque su primera obra de teatro “Susana y sus jóvenes” tuvo éxito, la novela fue el género que le dio mayor satisfacción ya que sentía que no debía convencer a nadie más que al lector sobre la calidad de su trabajo.

 

No es de extrañar que el entusiasmo que le caracterizaba lo compartiera con un público lector muy exigente: los niños. Es así que en cuentos como “Cuento de los hermanos Pinzones” y en “El niño Triclinio y la bella Dorotea” entregó historias entrañables salpicadas de humor y con pequeñas moralejas.

 

“El ratón del supermercado y… otros cuentos” (2005) y “El niño Triclinio y la bella Dorotea” (2008) , ambos ilustrados por el caricaturista Magú, son otros de sus títulos infantiles.

 

Entre sus obras destacan también “Los relámpagos de agosto” , “La ley de Herodes” , “Maten al león” , “Estas ruinas que ves” , “Las muertas” , “Dos crímenes” , “Los pasos de López” , “Susana y los jóvenes” , “Clotilde en su casa” , “La lucha con el ángel” , “Tres piezas en un acto” , “El atentado” y “Viajes en la América ignota” .

 

En vida, Ibarguengoitia logró importantes reconocimientos y premios como el Premio Novela México y Premio Casa de las Américas, entre otros.

 

En 1983 le llegó una invitación para un encuentro de escritores en Colombia, al que no pudo asistir porque falleció en el aeropuerto de Madrid en un accidente aéreo.

 

Sus restos descansan en Antillón, ciudad de Guanajuato, bajo una placa de talavera que dice: “Aquí yace Jorge Ibarguengoitia, en el parque de su tatarabuelo, quien luchó contra los franceses”.