El crucero de 450 millones de dólares que se hundió por culpa de su capitán, quien además huyó antes de que toda la gente estuviera a salvo, es la noticia principal en Italia y en casi todo el mundo. Dos mexicanos viajaban a bordo. Jorge Íñiguez y Olga Velarde, acababan de subirse al edificio flotante de 17 pisos para festejar su Luna de Miel. Cientos de historias como la de ellos terminaron en tragedia: seis muertos, 14 desaparecidos y varios heridos. El embajador de México en Italia, Miguel Ruiz-Cabañas, nos cuenta vía telefónica desde Roma lo que está viviendo y lo que le toca hacer a cinco meses de haber llegado a esa nación.

 

 

–¿Cómo le avisaron?

–Estos mexicanos, un matrimonio de personas jóvenes, venían de Luna de Miel. Lo tomaron el mismo viernes, el día del accidente. Se tardaron algunas horas en salir del barco. Había mucha tensión y desorden, me platicaron. Se pusieron el salvavidas cuando vieron que las cosas estaban graves, varias horas después de no saber qué hacer, y lograron subirse a un bote. Esperen aquí, allá, les decían, hasta que los pasaron a un autobús, que iba hacia el aeropuerto de Civitavecchia. Llegaron al aeropuerto y ahí estaba todavía su maleta.

 

 

–¿No sabían nada ustedes?

–Nos enteramos hasta la mañana siguiente. El accidente fue a las 9:45 de la noche, no se hundió de inmediato, tardó muchas horas, fue toda la noche. Ellos ya estaban en el hotel cuando nos enteramos. En el curso de la mañana nos avisaron que había dos mexicanos, el cónsul se puso en contacto. La empresa en un principio tenía una lista y ahí no aparecía ningún mexicano. Luego nos avisaron que había dos, de 26 y 23 años.

 

 

–¿Y luego?

–Nos pusimos en contacto con ellos. Confirmé que estaban bien, física y emocionalmente. Ayer los invité a comer (domingo), para que me platicaran. Tiene que habar algún tipo de indemnización, no perdieron su equipaje, pero sí sus pasaportes, tarjetas y dinero en efectivo. Este accidente no debió haber ocurrido, se debió a malas decisiones, la empresa se tiene que hacer responsable. Si no la ofrece, estamos viendo cómo apoyarlos, el curso legal que corresponda, asegurar que sean indemnizados en su momento. Estuvieron hoy en la mañana otra vez aquí (lunes), les entregamos sus pasaportes extraordinarios, pero lo importante es ver que sus derechos sean respetados.

 

 

–¿No había trabajadores mexicanos entre la tripulación?

–Al parecer no es el caso. Ellos cuentan que no se encontraron con ningún otro mexicano en el crucero, aunque sí a una o dos personas de la tripulación, con pasaporte de Estados Unidos.

 

 

–¿Qué es lo que debe hacer la embajada?

–Asistir a los mexicanos, orientarlos, no permitir que sus derechos les sean negados. Aquí la empresa tiene que indemnizar por lo que ellos perdieron en el viaje. Vamos a darles toda la asesoría legal. Nosotros no demandamos. Se puede hacer por una vía amistosa, si es que la empresa accede, por vía legal.

 

 

–¿Qué es lo que se dice allá del accidente?

–Lo que yo veo en Italia… es cierta incredulidad, estupor, que un barco de esas dimensiones tenga un accidente de este tamaño, por lo que aparentemente fueron decisiones mal tomadas. No fue un terremoto, no fue terrorismo, no fue un tsunami, simplemente el capitán y la tripulación tomaron malas decisiones, lo que puso en situación de riesgo a la gente, fueron decisiones graves y lamentablemente hay víctimas, hay muertes y heridos. Era perfectamente evitable, eso es lo que la empresa tiene que asumir, tiene que indemnizar aquí a las personas.

 

 

–¿Viajan muchos mexicanos a Italia?

–Yo tengo aquí cinco meses y he comprobado que hay un flujo importante de mexicanos que vienen: unos 150 mil al año. Algunos por carretera, otros por avión, por eso no es posible asegurar la cantidad, otros llegan incluso por barco.

 

 

–¿Viven muchos mexicanos allá?

–Nuestra comunidad no es muy grande, son generalmente matrimonios mixtos, casados con italiano o italiana. Esa es la situación que tenemos. En Roma hay mexicanos estudiando en seminarios religiosos.

 

 

–¿Cuáles son los asuntos que debe trabajar en esa nación?

–Tenemos una relación económica cada vez más grande. La próxima semana estará aquí el secretario de Economía, una visita que se enfocará en las pequeñas y medianas empresas italianas. Los mexicanos tenemos mucho que aprender de la economía italiana, cómo manejan las pequeñas y medianas empresas, a eso viene Bruno Ferrari. Vamos a establecer un consejo bilateral de negocios, México-Italia, para promover más el comercio y la inversión. México es el principal consumidor de productos italianos, en América Latina y el Caribe. Fiat, Pirelli, Techint tienen inversión y mucho interés. Mi misión aquí es promover la relación económica como lo hice con Japón (estuvo allá siete años, antes de llegar al Viejo Continente).

 

 

–¿Y en política?

–Tengo que promover la relación política también, como sabes México será sede del G20, y a lo largo de los últimos meses tendremos muchas reuniones para hablar de las prioridades. De eso dará una conferencia Bruno Ferrari el lunes aquí.

 

 

–¿Y en cultura?

–En la parte cultural también hay mucho interés, para mencionarte un ejemplo, lo de la profecía maya despierta mucho interés en Italia, tendremos exposiciones de los mayas. Hay interés en el nuevo cine mexicano. Hay una admiración mutua. También van unos 180 mil italianos a México cada año. Hay una verdadera relación y recíproca en turismo. Cuando Italia ve que México, además, les compra más que Brasil, se vuelve un actor interesante.