Anthony Wayne cree que es necesario conocer muy bien a la gente. Una vez que la comprendes, puedes rápidamente saber hacia dónde puedes ir y se te facilita encontrar el camino. Tal vez eso explica la vertiginosa agenda política del embajador de Estados Unidos en México, que un día se reúne con el Presidente de este país, otro con el secretario de la Defensa Nacional, visita a un artista o entrega helicópteros.

 

“Es el trabajo que realiza un embajador, sólo que éste publica un comunicado cada vez que se reúne con alguien”, dice un vocero de la embajada.

 

Tony Wayne revisa cada párrafo que sale del edificio, para incorporarle elementos informativos. Suele leer al menos tres periódicos antes de llegar al 305 de Reforma. Tiene la mano suave con sus colaboradores, pero es enérgico. Algo que le disgusta es que lleguen sin información de su área completa.

 

Wayne estudió Ciencia Política en Berkeley (1968-1972), después se fue a Stanford y luego a Princeton. Hizo los exámenes para iniciar el doctorado, pero al mismo tiempo llenó las pruebas para el Servicio Exterior y le ofrecieron un empleo. Desde entonces trabaja para el gobierno. De eso ya más de 36 años.

 

En la última década se ha visto muy relacionado con los programas que implementa Estados Unidos para bloquear el dinero de los terroristas en todo el mundo. Parte de la caída de Osama Bin Laden se debe a sus acciones para frenar el flujo de fondos de Al Qaeda. También en operaciones contra la trata de personas y el narcotráfico.

 

El 13 de diciembre de 2004 visitó el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de California en Berkeley, y le preguntaron qué era lo que los libros no le habían enseñado.

 

“Debes entender la dinámica humana, la dinámica de grupos, la dinámica de las presiones e intereses dentro de los grupos, y muchas veces nuestros libros de texto en ciencias políticas no hacen eso satisfactoriamente”.

 

The Essence of Decision, de Graham Allison, uno de los profesores más reconocidos de Harvard, es uno de los libros que le abrió los ojos.

 

“Porque te aleja de pensar que todo mundo está trabajando racionalmente. Te hace pensar en la política burocrática. Te hace pensar acerca de los grupos de intereses políticos y la interacción de la personalidad con eso. Ha sido de mucha ayuda para mi al ver a China, o al observar a Europa, o cualquier parte del mundo”, le explicó a Harry Kreisler, en Berkeley, durante una entrevista.

 

Tuvo oportunidad de regresar a la escuela siete años después de que inició su carrera diplomática, y eligió la John F. Kennedy en Harvard, para tomar cursos enfocados en negociación y liderazgo.

 

“A menudo en el trabajo con los demás, lo que estamos tratando de hacer es conseguir una coalición de apoyo a los buenos resultados, en este caso, de Estados Unidos”.

 

 

Sin perder tiempo

Earl Anthony Wayne llegó el sábado 10 de septiembre de 2011 a la Ciudad de México. Inmediatamente le llamó a Patricia Espinosa, secretaria de Relaciones Exteriores, para reunirse con el presidente, Felipe Calderón. El martes 13 se presentó oficialmente en Los Pinos.

 

Desde entonces no ha dejado de presentarse.

 

Este jueves 8 de diciembre, por ejemplo, se reunió con el Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna. Le entregó un Blackhawk UH-60M para la policía. El 5 de diciembre recibió en la embajada al gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva Ramírez. Se reunió con Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del Distrito Federal, el viernes 2 de diciembre.

 

También ha platicado con los maquiladores de este país, con el gobernador de Querétaro, el de Guerrero, el secretario de Economía, de Agricultura, el de Salud, la de Turismo, con el gobernador del Banco de México y con organizaciones no gubernamentales, como Casa Alianza, el Colectivo Nacional en contra de la Trata y el Centro de Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social (CEIDAS).

 

Estuvo también en Ciudad Juárez y en Guadalajara, con empresarios, principalmente del sector tecnológico y manufacturero, representantes de la iglesia y la sociedad civil.

 

El 21 de octubre llegó a Nuevo Laredo, Tamaulipas, para presenciar el cruce del primer camión de transporte mexicano a Estados Unidos, que se dirigó a Garland, Texas. Y que por cierto, volvió a despertar la ira de los camioneros del norte, que no han dejado que algunas cláusulas del Tratado de Libre Comercio se concreten.

 

Tras presentarse en Los Pinos, Marisela Morales, la procuradora General de la República, fue la primera autoridad que visitó en sus oficinas en la Ciudad de México, el 19 de septiembre.

 

Un día después estuvo con Dionisio Pérez Jácome, secretario de Comunicaciones y Transportes, y horas más tarde con Francisco Blake Mora, el secretario de Gobernación que falleció al caer su helicóptero el pasado 11 de noviembre.

 

Le dice todo el tiempo a sus interlocutores que está para observar, escuchar y aprender. Pregunta mucho. Deja la sensación de que es lo contrario de Carlos Pascual, su antecesor, a quien veían como un académico arrogante.

 

 

Mucho rock

En las fotos aparece como el papá que lleva a los hijos adolescentes al concierto, rodeado de jóvenes y de grupos de rock que fácilmente se reconocen por su sonido que alguna vez fue constante en la radio y por su supuesta postura contestataria reflejada en largos cabellos, maquillaje en exceso o prendas sacadas de alguna tienda Hot Topic de algún mall estadunidense.

 

Gustavo Cerati, Kiss, Los Fabulosos Cadillacs, Joe Satriani y muchos grupos de rock formaron parte de los comunicados de prensa que lanzaba constantemente en Argentina el equipo de Anthony Wayne.

 

El 11 de octubre de 2008 el vocalista de Soda Estéreo –en coma desde el 15 de mayo de 2010 tras un problema cerebrovascular– charló con Wayne durante el concierto de Mötley Crüe, en Buenos Aires.

 

“El embajador invitó al recital a cuatro jóvenes estudiantes de música argentinos; tres de ellos se reunieron luego con Cerati, uno de sus ídolos musicales”, informó la representación de EU en Argentina horas después del encuentro.

 

Esos festejos con artistas fueron frecuentes.

 

El 5 de abril de 2009 se reunión con los miembros de Kiss, durante el festival de Rock Quilmes.

 

“Fue un placer encontrarme con esta legendaria banda estadunidense de rock, que ha ganado tan enorme popularidad internacional desde su apogeo en la década del 70. Los miembros de la banda, grandes embajadores de la música estadunidense, demostraron real interés en las actividades realizadas por la embajada con jóvenes argentinos y disfrutaron el encuentro con los estudiantes que nos acompañaban”, dijo el embajador Wayne en un boletín.

 

Wayne también acostumbraba tomarse una foto y charlar con todos aquellos artistas que iban a la embajada a solicitar su visa, como sorprendió a los Fabulosos Cadillacs el 24 de octubre de 2008.

 

Vicentico, Flavio, Sergio Rotman y demás miembros del grupo, algunos con sus familias, salieron a tomarse una foto frente al cadillac del embajador de EU en Argentina. Los felicitó por su Premio Leyendas de MTV y platicaron de la gira que iniciaban por América Latina, Europa y su país. Les deseó éxito.

 

“Sus canciones son himnos de una generación e inspiración para miles de jóvenes y roqueros en todo el mundo”, les dijo el Embajador Wayne.

 

Michael Bolton, Backstreet Boys y George Clinton también forman parte de su album fotográfico, entre muchos más.

 

Wayne inició su carrera diplomática en 1975, y estuvo como embajador en Argentina entre noviembre de 2006 y junio de 2009. Además de posar para su larga serie de comunicados de prensa con artistas, lanzaba anuncios constantes de reuniones con empresarios, políticos y asociaciones civiles.

 

 

Anti-americanos

Un alto funcionario estadunidense visitó a Wayne en enero de 2009. Le comentó, para que entendiera un poco a los políticos y empresarios con los que se reuniría, que uno de los grandes retos que enfrentaban en Argentina era el alto nivel de enemigos que su nación tenía en ese país.

 

El anti-americanismo, le dijo.

 

Argentina consistentemente registra los niveles más alto de repudio hacia la potencia del norte, según las encuestas de opinión pública con que cuentan.

 

“Trabajar para cambiar esas percepciones es la prioridad más alta de la Embajada”, dijo Wayne. “Creemos que hemos encontrado una fórmula”.

 

Consistía en incrementar su presencia en los medios, enfocar su atención en los jóvenes y aumentar su involucramiento con organizaciones no gubernamentales y las actividades de las comunidades.

 

“Buscamos usar todos los recursos disponibles, desde visitar grupos de rock americanos y héroes de los deportes hasta Premios Nobel y compañías estadunidenses, para empujar la agenda positiva hacia adelante”.

 

Las relaciones entre ambas naciones, dijo, son buenas, pero hay espacio para mejoras.

 

Una cosa que también les urgía cambiar era la reacción muy negativa que percibían en los funcionarios de ese país cuando sentían que se ponía en juego su soberanía, y que a menudo ganaba apoyo público con respuestas fuertes.

 

 

Sepultan escándalo

A otro funcionario que los visitó le dijo que las relaciones bilaterales eran fuertes, se habían recuperado después de una fuerte crisis en diciembre de 2007. Dos días después de que Cristina Fernández de Kirchner tomó el poder, el gobierno malinterpretó y reaccionó desproporcionadamente –explicó Wayne– a noticias que informaban de un caso federal en Miami contra algunos venezolanos y un uruguayo que fueron arrestados por operar en Estados Unidos como agentes del gobierno de Hugo Chávez sin informarle a las autoridades locales.

 

Lo que empeoró la situación fue que se informó que metieron 800 mil dólares a Buenos Aires en agosto de 2007 para la campaña de Cristina.

 

Nosotros no hicimos las acusaciones, aclaró el embajador, sino un detenido.

 

Sin embargo, Cristina reaccionó con mucha molestia.

 

Públicamente dijo que los arrestos en Miami eran un ataque directo contra su gobierno, dijo que era una “operación basura”. Su gabinete se sumó a las protestas.

 

De todas formas, informó Wayne, la retórica gradualmente disminuyó, y las relaciones se normalizaron después de grandes negociaciones “detrás de cámaras”.

 

Acordaron, dijo, que a finales de 2008 el caso quedaría atrás y que comenzarían a trabajar para fortalecer la cooperación bilateral.

 

Cuando Wayne se fue a Afganistán con su esposa Pam, cualquier cosa que pidiera su gobierno en la Casa Rosada era posible.

 

 

El día de las flores

Wayne fue el segundo hombre más importante en la embajada en Afganistán antes de aterrizar en México. El 21 de julio de 2009 es un día que recuerda, pues viajó con autoridades locales y reporteros de CNN, The Washington Post y medios locales, a la provincia de Helmand para ser testigos de la destrucción de un plantío gigante de amapola.

 

Durante las conferencias de prensa en el lugar, insistieron en reforzar la liga entre la insurgencia y el narcotráfico.

 

La embajada comentó poco después que los operativos significan un golpe fuerte a los narcos, una señal de que no pueden actuar con impunidad en el sur de Afganistán.

 

Lo cuentan como un triunfo de la estrategia del combate al narcotráfico de EU.

 

 

Coleccionista de piedras

El pasado 6 de septiembre, en Washington DC, la secretaria de Estado de EU, Hillary Clinton, presentó oficialmente al nuevo embajador de su país en México. Recordó que en sus 36 años de servicio cultivó la reputación de un hombre que no se echa para atrás, que lo arregla todo y que conduce la diplomacia dura, con un toque de caballero.

 

Colecciona piedras, que mueve por todo el mundo cada vez que una nueva embajada lo espera. “Y tiene uno de los más eclécticos iPods en el negocio”, dijo Clinton.

 

Nació en 1950 en Concord, California, y en la década de los 80, trabajó como corresponsal del Christian Science Monitor. Pero con excepción de esos dos años como reportero, toda su vida la ha dedicado a especializarse en economía, asuntos energéticos, terrorismo, narcotráfico y la dinámica humana.

 

En Argentina, recordó Hillary, lo llamaban el embajador del rock and roll, porque usaba la música popular para romper las barreras culturales y conectar con los jóvenes argentinos.

 

Desde Kiss hasta los Black Eyed Peas. Ese es Tony, dijo Hillary: usa cada oportunidad y hace lo necesario para que la misión se cumpla.

 

Dijo estar muy contenta por su designación en una nación con la que EU tiene intereses en común, desde mejorar la seguridad regional, hasta promover la prosperidad de sus habitantes.

 

The Washington Post informó que Tony Wayne estuvo un día encerrado en Meridian House, en la capital de EU, con oficiales de inteligencia y expertos mexicanos. El mensaje fue que anduviera con cuidado, porque llega a México en medio de la pelea por la presidencia.

 

Wayne, después de agradecer las palabras de Hillary y la presencia de toda su familia, dijo:

 

“Ahora Pam y yo somos enviados a un lugar que no podía ser más diferente de Afganistán”.