Si bien la cobertura de educación, atención en salud y acceso a servicios básicos en viviendas ha aumentado y entre 2008 y 2010 se redujeron estas carencias sociales, el número de pobres ha crecido en este sexenio, señala Gonzalo Hernández, secretario del Consejo Nacional para la Evaluación de Política de Desarrollo Social (Coneval).

 

En el último sexenio, 12 millones de personas se sumaron a las filas de la pobreza: de 48.8 millones se pasó a 52 millones de pobres, de acuerdo con cifras del mismo organismo.

 

También, el ingreso real de los hogares del país disminuyó, especialmente en las zonas urbanas, y se incrementó el número de personas que no tiene acceso a la alimentación.

 

El titular del organismo encargado de establecer los criterios para la definición, identificación y medición de la pobreza señala que no puede decirse de manera tajante si México es más pobre de 20006 a esta fecha porque la forma de medir la pobreza cambió y ahora se incluyen más variables que antes en la medición.

 

Hernández, asegura que “no es comparable el concepto de pobreza con las mediciones anteriores, pero se puede ver el avance en términos de cobertura educativa, salud y vivienda, y en eso, hemos mejorado”.

 

A la pregunta si México es un país de pobres, Hernández anota un matiz y deja la apuerta abierta a la interpretación. “México es un país en el que el porcentaje de pobreza es de 46%, menos de la mitad. Es muy cercano a la mitad, pero es menos. Que si somos clase media y demás… para no polemizar mucho, en el Coneval decimos que tenemos el 46.3% en pobreza, si a alguien le parece muy cercano al 50%, es una interpretación muy personal, ese es el dato real”.

 

El incremento en el número de pobres de 2008 a 2010 no se debió a una falta de atención en las políticas públicas del gobierno, dice el secretario, “lo que pasó es que buena parte de la crisis económica de 2009 y el aumento en el precio de los alimentos, hizo que el poder adquisitivo del ingreso bajara. Ese es un factor importante en que la pobreza aumentara y junto a ese factor de ingreso, también aumentó la carencia de acceso a la alimentación”, asegura en entrevista con 24 HORAS.

 

Aunque más personas tienen acceso a los servicios, también aumentó el número de quienes no tienen cómo cubrir la necesidad básica de alimentarse. ¿De qué sirve esto? Gonzalo Hernández dice que “ayuda porque es parte de los derechos sociales, ¿qué pasaría con la población que, además de tener ingresos bajos, sus hijos no pueden ir al escuela? Esos hijos el día de mañana van a sufrir el triple o el cuádruple porque van a tener ingresos muy bajos. Hoy, al menos, México tienen más niños en secundaria, más agua potable, electricidad, y ese es un bienestar que la población valora mucho”.

 

Para solucionar los problemas de carencia por acceso a la alimentación, que pasó de 21.7 a 24.9%, Hernández asegura que habrá que “encontrar las fórmulas para que México tenga mayor creación de empleo y un mayor crecimiento económico que no hemos encontrado por muchas décadas. Es un reto muy importante para el legislativo y en general, para los tres órdenes de gobierno, requiere acuerdos importantes en el Congreso, en el Ejecutivo, en los locales, es un tema estructural que requiere acuerdos políticos por parte de todo el mundo”.

 

Sin duda, la parte que más ha resentido la crisis económica es la de ingresos, dice. En el país, el porcentaje de población con ingresos inferiores a la línea de bienestar, en la que se suman el costo de la canasta alimentaria y la no alimentaria, lo que equivale a 2 mil 114 pesos por persona en áreas urbanas y mil 329 pesos en las rurales, aumentó de 49% a 52% entre 2008 y 2010, los años de la debacle financiera.

 

Así, de acuerdo con conclusiones del mismo organismo, el ingreso no ha evolucionado favorablemente. “La crisis económica de 1995, la desaceleración de inicios del siglo XXI, el incremento en los precios de los alimentos desde finales de 2007 y la crisis financiera de 2009, han hecho que el ingreso en México prácticamente no haya crecido en las últimas décadas”.

 

Las mediciones de pobreza actuales no pueden compararse con las que se hacían en 2005 y antes porque ahora se miden variables como ingreso, rezago educativo, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda, acceso a la alimentación y grado de cohesión social.

 

Uno de los grandes retos de la política social, dice, es resolver tanto el problema de pobreza en municipios rurales pequeños donde una alta porción de la población es pobre, como el de los urbanos como Iztapalapa o Ecatepec en los que, por su extensión, el número de pobres es muy alto.

 

De esta radiografía de la pobreza, Hernández asegura que lo principal es que “no se quede en el diagnóstico, que se use para mejorar. A final de cuentas, uno como Coneval hace esta medición para que se mejoren las políticas públicas”.

 

 

DATOS

• Entre 2008 y 2010, el porcentaje de población con carencia por acceso a la alimentación pasó de 21.7%, lo que equivale a 23.8 millones, a 24.9%, el equivalente a 28 millones de personas

 

• El porcentaje de quienes viven por debajo de la línea de bienestar mínimo, el costo de la canasta básica, pasó de 16.7 a 19.4%.