Últimamente, el nombre del doctor Jorge Carpizo se ha escuchado con insistencia en los pasillos políticos, particularmente en la Cámara de Diputados.

 

Fue de ahí que surgió la versión de que el ex secretario de Gobernación, ex procurador general de la República, ex presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, iría a parar al Instituto Federal Electoral (IFE).

 

No sólo eso, las versiones que circulaban afirmaban que los acercamientos con Carpizo no se circunscribía tan sólo a ubicarlo como un consejero más en el IFE, sino que iría a sustituir al consejero presidente, Leonardo Valdés Zurita, a quien supuestamente le habían “encontrado” algunos deberes.

 

Le llamé a Carpizo para preguntarle sobre la verosimilitud de esta versión. La respuesta inmediata del hoy investigador emérito en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, fue un rotundo y expresivo ¡NO!, aderezado por los siguientes comentarios:

 

“¡Ya nunca más vuelvo a salir de la UNAM. Quiero seguir sirviendo a México en la trinchera académica. Es un chisme más…”.

 

Carpizo estaba indignado. Mencionó el contexto, lo enrarecido que estaba el ambiente y sin más advirtió: “Y se va a poner peor!”.

 

Su argumentación se sostenía en los números de la pobreza: la mitad de los mexicanos en esa situación; en que lo que ganan 25 millones de compatriotas no les alcanza “ni para la canasta básica”; el desempleo, la inseguridad; que “ya entramos a la carrera del poder por poder”.

 

El académico enumeraba sin pausa los porqué de su aseveración, hasta detenerse en lo acontecido durante el desalojo de estudiantes normalistas en Guerrero, donde dos jóvenes cayeron abatidos por algunas de las tantas balas disparadas por quién sabe cuál de las corporaciones policiacas o paramilitares presentes durante el desalojo.

 

“¡Me ha dolido el alma al ver eso! -exclamó Carpizo-. ¡Muertos, golpeados…, no puede ser!”.

 

Volvió entonces a las advertencias con un “ojalá me equivoque pero…”.

 

Insistió: “Las cosas se van a descomponer. Nada más hay que ver cómo se están atacando unos a otros, ¡hasta del mismo partido! Pero lo que más me preocupa es lo de Guerrero. Es muy importante y delicado lo  que pasó con los estudiantes, se puede extender el conflicto, que los normalistas de otros estados se sumen a su dolor y a su protesta, que los jóvenes del Poli, o de la UNAM se agreguen también. ¡Estoy preocupado!”.

 

La conversación con Carpizo concluyó con una exhortación de su parte: “Todos tenemos que hacer algo desde nuestras trincheras por el bien de México”. Y la suya, subrayó de nuevo, era la académica. ¡Nunca más en otro puesto!

 

Gemas: Diamante que supura, cortesía del senador priista Jesús Murillo Karam en respuesta al escritor Carlos Fuentes por andar declarando que Enrique Peña Nieto “no tiene derecho a ser presidente”. Dice así: “Un tropezón no califica a nadie, ni autoriza a otro a hablar de cultura, incultura, ignorancia, o sapiencia”.

 

De paso, Murillo  calificó a Fuentes de haber asumido una posición “arrogante”.

 

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