Un centenar de organizaciones y grupos defensores de los derechos civiles, laborales y religiosos se unieron hoy en Nueva York para protestar los cambios que algunos estados de Estados Unidos están realizando de sus leyes electorales y que consideran que erosionan los derechos de las minorías.
 
Más de 20.000 personas, según los organizadores, participaron así en una marcha que forma parte de la campaña “Stand for Freedom (Unidos por la Libertad)” que denuncia lo que consideran como ataques a los derechos de los votantes en algunos estados del país y que podrían afectar a las elecciones presidenciales y legislativas de 2012.
 
En la marcha, que terminó frente a la sede de Naciones Unidas en Nueva York, participaron diferentes organizaciones como la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color (NAACP, por su sigla en inglés), así como una coalición de sindicatos y grupos defensores de los derechos civiles, comunitarios y religiosos.
 
Igualmente participaron el activista de los derechos civiles, el reverendo Al Sharpton o el congresista demócrata por Nueva York, el afroamericano Charles Rangel, quien al empezar la marcha pidió a los ciudadanos “mantenerse unidos y estar preparados para la lucha”.
 
La marcha se ha celebrado tras la publicación de un informe de la NAACP titulado “Defendiendo la Democracia: Acabando con las barreras del siglo XXI para votar en Estados Unidos”, que examina diversas propuestas legislativas e iniciativas que proponen cambios en el sistema electoral, entre las que se incluyen la necesidad de una identificación oficial para votar así como la reducción de las horas de votación y la eliminación del voto dominical.
 
La mayoría de esas leyes están siendo propuestas en estados del país donde el voto de las minorías ha aumentado recientemente, indica el documento, que también apunta a que algunas de ellas contemplan el endurecimiento de los requerimientos para obtener la residencia.
 
Según otro estudio, elaborado en esta ocasión por el Brennan Center for Justice, apunta a que son ya 34 los estados que han introducido leyes de ese tipo.
 
Hasta el centro de Manhattan llegaron autobuses con ciudadanos y activistas de varios estados de la costa Este de Estados Unidos, como Maryland, Washington DC, Nueva Jersey, Virginia, Connecticut o el mismo Nueva York, que marcharon pacíficamente y en medio de un amplio despliegue policial.
 
Esos grupos y organizaciones defensoras de los derechos civiles consideran que minorías como la hispana, la asiática o la afroamericana pueden ser las principales víctimas de los cambios legislativos sobre el derecho de voto, por lo que reclaman que no se instaure la petición de documentos de identificación con foto, entre otros, para ejercer ese derecho.
 
Asimismo solicitan que se restaure el derecho de voto a los ciudadanos que están cumpliendo condena, ya que en algunos estados, como Nueva York, los convictos pierden ese derecho que solo recuperan una vez que cumplen el máximo de su sentencia o quedan en libertad condicional.
 
El presidente de la NAACP, Benjamin Todd Jealous, indicó en una carta a los votantes estadounidenses que solo este año ya hay dos tercios de las Legislaturas estatales que han aprobado leyes en ese sentido, lo que consideró como una “táctica para marginar no solo a personas con un historial delictivo, sino también a las comunidades de color, a los pobres, a los discapacitados y a quienes gozan de menos ventajas”, como estudiantes, jóvenes y mujeres.
 
“Estamos aquí para asegurarnos de que los líderes de todo el mundo saben lo que el 1 % arrebata al 99 %, y no nos quedaremos sentados pasivamente”, dijo Jealous, en una referencia al movimiento de indignados Ocupa Wall Street que denuncia que el 1 % de la población, los más ricos, perjudican al resto. EFE