Imaginar, soñar, pensar, no. Leer, no forma parte de la retórica. Prometer, todo. Siempre el bienestar.

 

El culto al mainstream o el culto por lo común queda patente en el acta de nacimiento: nació en la ciudad de Televisa un 5 de marzo de 1966; se educó en los brazos de Chabelo y bajo la gracia de los libros de texto cuyos principales protagonistas fueron los niños héroes (hasta que llegó Zedillo). Tus libros favoritos, Cien años de soledad de García Márquez, El laberinto de la soledad de Paz y El alquimista de Paulo Coelho. Díganos el argumento del primero. Divertido y encantador. Del segundo. Profunda pluma que nos dibuja a los mexicanos. Y cómo lo hace. Con gracia. Pero preferiría hablarle del tercero, el de Coelho. Es fantástico. Una especie de manual del sí se puede. Las emociones y las lágrimas son los caballos que nos jalan hacia la victoria. Si llego a la presidencia prometo redactar un oficio para convertirlo en lectura obligada.

 

Pasemos al tema de política exterior. Noto que en su discurso de campaña existe un abandono de los temas internacionales. No, en absoluto. Lo que pasa es que las campañas son una fiesta de palabras locales. Sin embargo, en todos los lugares en los que me presento, siempre menciono la palabra soberanía. ¿Con ella no se esconden los conceptos sustitución de importaciones, principio de no intervención y anquilosamiento en la parte productiva, por ejemplo de Pemex? No, al contrario, la soberanía nos une a todos los mexicanos, nos da energía y mucho entusiasmo para conquistar objetivos en común. Don Isidro Fabela no se equivocó con aquello de la no intervención. Pero eran otros tiempos. No, no, no importa, las buenas leyes no deben de morir. Y sobre Pemex, imposible quitarle a los mexicanos lo que es suyo.

 

Pero al ceder soberanía, en ocasiones, se obtienen objetivos comunes, como el correspondiente al tema educativo. ¿No le gustaría un programa tipo Erasmus para México? (Espacio de 20 segundos reducidos en silencio.) ¿Me podría repetir la pregunta? De ganar las elecciones, podría implementar programas educativos como el Erasmus, por ejemplo. Se imparte en la Unión Europea. Estudiantes universitarios de Bélgica pueden estudiar materias de sus carreras en Irlanda, España o Francia, por mencionar algunos de los países pertenecientes a la UE. Imposible. Ya ve lo que sucede con la crisis del euro. Siempre lo he dicho, no conviene pertenecer a ese tipo de modelos de integración. No me lo creían hace 15 años. Ahora me tienen que dar la razón. Esto es un claro ejemplo de que los países no deben de ceder soberanía. Siempre que sucede hay problemas.

 

¿Qué estrategia implementaría para resolver, de una vez por todas, el distanciamiento comercial entre México y Brasil? Creo que se han desaprovechado lazos históricos entre ambos países. Por ejemplo, 1970. Brasil en Guadalajara. La gente apoyó a Pelé y a sus compañeros de una manera impactante. Con lo anterior le digo que implementaría una diplomacia del futbol. Sería un éxito.

 

China es un país desconocido por los candidatos. Sus efectos comerciales lo viven varias industrias, por ejemplo, juguetes y carriolas. Tiene usted razón. Y mire cómo somos nosotros. En su momento, no escuchamos a Luís Echeverría. Él supo lo que venía, nos lo dijo y con lo único que nos quedamos fue con la matanza de Tlatelolco. ¿Pero ya estamos en el 2011? No importa, siempre es bueno recordar nuestros errores.

 

Díganos los tres temas que le planteará al presidente Obama durante su primera reunión. No le podría decir en estos momentos. ¿No cree que a sus electores sí les interesa? Definitivamente no. Los ciudadanos son Hecho en México.

 

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