SANTO DOMINGO. El 51 % de los niños y adolescentes de Centroamérica y el Caribe ha sufrido acoso escolar, según un estudio de la organización de defensa de la niñez Plan y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

 

El trabajo, realizado durante 2011, revela, además, que el 62 por ciento de los menores de la región ha presenciado manifestaciones de acoso sexual o ha escuchado hablar de ellas.

 

El director de la oficina regional de Plan para las Américas, Roland Angerer, dijo hoy a Efe que, según el informe, entre el 50 y el 70 por ciento de los niños ha sido víctima de actos de violencia o los ha presenciado.

 

La investigación forma parte de la campaña “Aprender sin miedo”, que Plan lanzó en 2008 y que determinó que los castigos físicos de los maestros, la violencia entre alumnos y el acoso sexual son las principales preocupaciones de niños y adolescentes.

 

“Nos sorprendimos al ver que el ‘bulling’ (acoso escolar) existe, que es muy fuerte y que no se ha sacado a la luz publica”, dijo Angerer, uno de los participantes en el Encuentro centroamericano y del Caribe de seguimiento al estudio de las Naciones Unidas sobre violencia contra niños y adolescentes, que finaliza hoy en Santo Domingo.

 

Una reacción habitual de los padres y los maestros cuando se les habla de la violencia es explicar que “siempre ha sido así” o que a ellos también los educaron de ese modo, explicó el responsable de Plan.

 

Pero en su opinión, es necesario comenzar a cambiar esta forma de pensar ante una violencia que afecta psicológicamente a los menores e incide en el rendimiento escolar de las víctimas y de los agresores.

 

Es un problema que hay que resolver por medio “de un proceso de repensar en qué forma solucionamos los conflictos”, señaló.

 

Para él, es necesario capacitar “a los maestros, pero también a los jóvenes”, a quienes hay que explicar “qué alternativas hay (ante el acoso), cómo uno puede defenderse de una forma no violenta, cómo hablando se pueden buscar alianzas y se puede arrinconar y aislar” a los agresores.

 

Una conclusión interesante de este trabajo, según Angerer, es que se constata el surgimiento del “cyberbulling”, un nuevo fenómeno de acoso por medio de las redes sociales, de los teléfonos móviles y del correo electrónico, utilizados para difundir fotografías comprometedoras, expresiones groseras e informaciones incriminatorias.

 

En opinión del experto, tras estas formas de violencia hay “una destrucción de las redes familiares y de las redes de valores que en el pasado han ayudado a mantener ciertas reglas y costumbres”.

 

Angerer consideró que es necesario trabajar en los ámbitos más informales en los que se mueven los jóvenes porque si los valores “solo los predican los padres y madres no es suficiente”.

 

Y si los medios de comunicación, los maestros y los propios jóvenes no enfatizan los mensajes de convivencia, “puede ser que perdamos el tren”, aseveró. (EFE)