En el año 1140,  nueve tribus chichimecas fundaron el señorío de Malacachtepec Momoxco (Lugar rodeado de cerros), ahora conocido como Milpa Alta; siglos después, por ese lugar, pasó Emiliano Zapata con sus tropas hacia el centro de la ciudad de México y eso lo guardan como tesoro sus habitantes. San Antonio Tecómitl es uno de los 12 pueblos originarios que integran la delegación y es un espacio híbrido que mezcla lo rural y lo citadino, por eso hay algunos jinetes que esperan sobre su caballo la luz verde del semáforo para avanzar por sus estrechas calles.

 

El que conserva y divulga la historia de este lugar es Manuel Garcés Jiménez (1948, San Antonio Tecómitl), presidente del Consejo de la Crónica de Milpa Alta; “el “oficio incluye mantener la cohesión social a través de las fiestas patronales y la ayuda mutua”.

 

“El cronista revive, rescata e investiga; es un fedatario del haber cultural tangible e intangible”, detalla el profesor de educación media superior del IPN y quien hace 10 años fundó la Asociación de cronistas del Distrito Federal y Zonas Conurbadas.

 

La pérdida de la memoria por la saturación de datos es una característica de las sociedades contemporáneas que curan su amnesia en el buscador de Google, por esto, el cronista Manuel Garcés Jiménez tiene como objetivo evitar que la acelerada vorágine de las vidas conectadas a internet todo el tiempo olviden de dónde son y de dónde vienen. Y es que la vertiginosidad e histeria de la vida de millones de personas en las cosmópolis se vuelve cada más incontrolable. Jacques Attali calcula que en 2025 habrá 5 mil millones de personas sobrepoblando las ciudades y 20 metrópolis mundiales tendrán 20 millones de habitantes.

 

Una tarde de 1936 el presidente Lázaro Cárdenas llegó sin querer a Tecómitl; los habitantes se enteraron que se trataba del mismísimo general porque él se presentó. “Era difícil saberlo en tiempos que no había radio, ni televisión ni internet y pocos sabían leer; lo único que cuentan los abuelos es que de tres vehículos descendieron unos catrines de la ciudad bien trajeados, entre ellos el Presidente”. Después regresó otras dos veces, una de ellas para inaugurar la escuela del pueblo.

 

Hace poco descubrió un documento conservado por la UNAM donde la Santa Inquisición informa que en el cráter del Teutli se realizaron festividades religiosas entre 1734 y  1736 denominadas “Festividad del Palo”, algo muy similar a la de los voladores de Papantla donde los nativos clavaban un tronco en medio de una hondura de 50 metros de diámetro y 40 metros de profundidad. Eso nadie lo sabía y lo rescatamos nosotros para compartirlo con la gente. Este volcán ahora une a las delegaciones Milpa Alta, Xochimilco y Tláhuac.

 

Ahora, él y otros 15 cronistas resisten el olvido gubernamental y luchan contra el olvido de las nuevas generaciones educadas en las redes sociales; “a los delegados no les interesa difundir y preservar el conocimiento oral y escrito de los cronistas, al menos en Milpa Alta”. La página web donde pueden encontrar más información sobre el trabajo de estos escribanos de barrio es http://www.cronistasdf.org.mx.

 

filemon.alonso@24-horas.mx | @urbanitas