Aurelio Nuño Mayer es un joven politólogo egresado de la Universidad Iberoamericana -“hereje de la ciencia política”, estudioso de la “estabilidad política en sociedades complejas”- que diseña y escribe algunos de los discursos de Enrique Peña Nieto.

 

De hecho, a últimas fechas suele acompañar al mexiquense en sus principales participaciones y sube información y fotos en su twitter -en cuya presentación se lee: “Ibero. Oxford. Asesor político. Me gusta la historia, la antropología política y la literatura”- de algunos de los eventos del mexiquense.

 

Nuño ronda los 30 años. En 1998 decidió estudiar Ciencias Políticas. Según cuenta, una conversación que sostuvo con el gran maestro de la Universidad Autónoma Metropolitana, Roberto “El Flaco” Varela -con quien le unieron estrechos lazos familiares- le cambió por completo su visión sobre el poder y, de ahí, el abordaje a sus estudios.

 

“Entre la copa de tequila y el buen vino español, poco entendí” en ese momento -refiere Nuño en un texto que escribió en la revista “Alteridades” en 2005-, pero el hecho es que “El Flaco” deshizo los argumentos en que se amparaba para sostener que los sistemas parlamentarios tienen mayores virtudes que los presidenciables.

 

Tras escucharlo, el maestro Varela llegó a la siguiente conclusión: “Me queda muy claro que la ciencia política sigue sin evolucionar y sirve de muy poco para analizar y entender la política”.

 

Fue “una cubetada de agua fría”, reconoce el joven politólogo. Pero “El Flaco” no lo dejó a la deriva. Le dijo que dejara de perder el tiempo con las tesis de los politólogos que recitaba, incluido el premio Nobel de Economía Douglas North, y mejor leyera a Richard N. Adams porque el problema con los politólogos era que se dedicaban a estudiar estructuras de poder y no habían sido capaces de desarrollar una teoría que explique qué es el poder.

 

Fue su primera lectura de Energía y Estructura. Y de ahí pasó a los textos del propio Varela: Expansión de sistemas y relaciones de poder, “el mejor libro de antropología política mexicana”, a decir del doctor Rodrigo Díaz.

 

 

ESTRUCTURAS DE PODER

A partir de ahí, Nuño entendió que las formas de participación política y el comportamiento de sus actores “están más relacionados con el tipo de estructuras de poder, es decir, con el tipo y la cantidad de controles que se tengan sobre el ambiente, y no tanto con su cultura”.

 

En pocas palabras, resumiría el asesor de Peña Nieto, “‘El Flaco’ logró convertirme en un hereje de la ciencia política, que desde ese momento hasta la fecha ha intentado llevar la teoría de Adams y los planteamientos del ‘Flaco’ a los temas que nos preocupan a los politólogos: estabilidad política en sociedades complejas, gobernabilidad en sistemas parlamentarios y presidenciales, relación entre poderes, dinámicas en el interior de los congresos o parlamentos, relaciones entre estructuras de poder nacionales, locales e internacionales, entre otros”.

 

El paso de Nuño por la Ibero se distinguió por su activismo. Fue presidente de la Sociedad de Alumnos de Ciencias Políticas y Administración Pública (en ese tiempo estrechó lazos amistosos con José Carreño Carlón, director del departamento de Comunicación de UIA), y fue coordinador de un exitoso proyecto denominado “Modelo Legislativo”, cuya idea central fue acercar a los universitarios al Senado como institución suprema del pacto federal, y de conocer su integración y funcionamiento mediante la experiencia práctica del ejercicio legislativo.

 

Estuvo también en el CIDE. Formó parte de la “Agrupación Social Democrática” como secretario estatal de Capacitación Política; y trabajó con Eruviel Ávila durante su campaña por la gubernatura en el Edomex. Hoy forma parte del círculo rojo de Peña Nieto.