México, al igual que Brasil, es un gran motor de la economía mundial y al ponerse al timón del Grupo de los Veinte, se encuentra en una posición excepcional “para dar forma a nuestro destino económico colectivo a lo largo del año próximo”, afirmó la directora gerente del FMI, Christine Lagarde.

 

 

Lagarde -quien la próxima semana visitará México, Perú y Brasil- destacó que estos países han obtenido notables resultados y han cosechado los frutos de tener fundamentos sólidos, marcos de política sensatos y políticas macroeconómicas prudentes.

 

 

Por ello, dijo, ahora están gozando de un crecimiento sostenido con menor grado de vulnerabilidad: “su óptima situación resulta envidiable”.

 

 

No obstante, dijo que México deberá seguir muy de cerca la situación en Estados Unidos y Europa y aplicar reformas estructurales para dar rienda suelta a su potencial de crecimiento.

 

 

Lagarde comentó en un artículo publicado en el blog del Fondo Monetario Internacional (FMI) que en estos días, el mundo no despega su mirada de Europa, ya que la tormenta de la zona del euro proyecta una sombra que se extiende a toda la economía mundial.

 

 

Indicó que América Latina no es inmune a ninguna de las tormentas que vienen de Europa. “Nadie lo es. En un mundo interconectado, sencillamente no hay un lugar donde escapar”.

 

 

Por ello, agregó, los países de la región deban tomar todas las precauciones necesarias y hacer todos los preparativos necesarios.

 

Deben seguir recomponiendo los mecanismos de amortiguación, entre otras cosas manteniendo políticas fiscales prudentes, lo que generaría un margen de maniobra en caso de que la situación económica se deteriorara, apuntó.

 

 

Sin embargo, sostuvo que la consolidación fiscal no debería producirse a expensas de los necesarios programas sociales o la inversión productiva en educación o infraestructura.

 

 

“Mejor explorar la posibilidad de obtener más ingresos, en los casos en que la recaudación impositiva es baja, o hacer el gasto más definido y eficiente”, anotó.

 

 

En ese sentido, dijo que la región necesita un crecimiento con mayor inclusión social, lo que significa que se requieren esfuerzos para construir sociedades más justas cuyos cimientos sean la igualdad de oportunidades y la justicia social.

 

 

Resaltó que en la década pasada, los indicadores de pobreza, desigualdad y desarrollo humano han mejorado espectacularmente en países como Brasil y Perú.

 

 

Los programas Bolsa Família de Brasil y Oportunidades de México han gozado de particular éxito al romper la cadena de transmisión de la pobreza de una generación a otra, a tal punto que hoy en día son modelos para el resto del mundo, reconoció.

 

 

Finalmente, dijo que actualmente, América Latina tiene cimientos sólidos, y puede mirar hacia adelante a la prosperidad y estabilidad duraderas que pueden elevar el nivel de vida de todos.