El presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Luis González Placencia, advirtió que la tortura se sigue aplicando de manera sistemática en México.

 

 

El ombudsman capitalino precisó que prueba de ello es lo ocurrido en el barrio de Tepito el sábado pasado, donde se documentó gráficamente la permanencia de esa práctica por parte de la policía.

 

 

Más allá de la comprobación de esta lamentable realidad, informó que el paso siguiente que ya tomó la comisión a su cargo es investigar si esas prácticas ilegales se realizan con la aprobación, aquiescencia u orden de los superiores jerárquicos en la policía.

 

 

En entrevista durante el foro “Las reformas constitucionales en materia de derechos humanos y sus implicaciones en los derechos de la infancia en México”, recordó que durante 2010 la CDHDF registró casi 400 quejas contra agentes policíacos que incurrieron en abusos, uso excesivo de fuerza y tortura contra personas detenidas.

 

 

Explicó que se tenía conciencia de la persistencia de esas prácticas ilegales, y lo que faltaba por determinar era si se trataba de casos aislados o de una política sistemática de violación a los derechos humanos de parte de la policía.

 

 

González Placencia reiteró que lo ocurrido en Tepito, donde se captó en video con claridad el abuso policiaco, indica que probablemente se esté ante prácticas sistemáticas de abuso.

 

 

Por ello, exhortó a las autoridades a investigar el caso hasta sus últimas consecuencias para enviar a la sociedad el mensaje de que esas prácticas no pueden ser toleradas.

 

 

A estas alturas, dijo, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) ya debió haber iniciado una investigación de oficio.

 

 

El presidente de la CDHDF trajo a colación la reforma reciente de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) al Código Penal en materia de tortura, donde hay un avance importante.

 

 

Pues ahora, puntualizó, ya no es necesario probar que era importante obtener información y cualquier acto de abuso puede ser tipificado como tortura, de ahí que el procurador tenga vía libre para actuar en este caso.