El simple hecho de vivir se vuelto complicada tras desastres sociales, culturales y ecológicos, tales como la violencia en la calle, el desempleo, la falta de vivienda, la violencia contra las mujeres y la prostitución infantil. Este sombrío panorama se agrava por la corrupción política, el creciente poder de las religiones y sectas y sistema educativo disfuncional.